No es un secreto que una de las reglas de oro de la Familia Real tiene que ver con la alimentación. Siguen hábitos muy específicos, decidiendo con cuidado los complementos y comidas que deben tomar. Para la princesa Leonor, estas son órdenes desde su nacimiento, pues la reina Letizia le ha inculcado que debe cuidar su dieta y evitar salirse del protocolo marcado. Y aunque es cierto que las hijas del rey se mantienen saludables, la independencia de la heredera ha resultado ser una amenaza contra su salud. Este verano se desató, sus vicios son increíbles. 

Durante todo el recorrido escolar de Leonor y Sofía, Letizia se ha mostrado muy interesada en que sus hijas lleven una alimentación muy parecida a la que llevarían en su hogar. Así que, durante su estancia en el colegio, la reina solicitó un cambio de menú. Esto provocó reproches y cierto malestar entre los padres de otros alumnos, debido al incremento en el precio del comedor. Al final, tuvieron que reconocer que la comida era más saludable. Pero desde hace tres años que su primogénita pasa más tiempo fuera de casa, primero en el centro de Gales y después en la Academia Militar de Zaragoza. 

La princesa Leonor y la infanta Sofía GTRES

Ahora que la distancia entre madre e hija es mayor, Leonor se ha vuelto viciosa cuando se trata de comer. Es adicta a la comida rápida y tiene una dieta desordenada. Fuentes cercanas a la Casa Real han comentado acerca de este tema, revelando que el problema de la joven comenzó con su partida a Gales y se volvió incluso más serio cuando hizo amistad con una pandilla militar en Zaragoza. Te contamos más. 

Leonor descuida por completo su alimentación 

En estas últimas semanas se ha podido saber que la princesa de Asturias tiene costumbres nuevas desde que se fue del palacio de Zarzuela. Sobre todo, por las salidas a las que se han referido los medios en los últimos meses. Tenía citas con sus compañeros de la academia para comer frituras, golosinas e ir de copas por los bares

Letizia pierde todo el control, está molesta y no puede entender el cambio drástico que se produjo en su hija. Está intentando ayudarla, pues su condición pasa a ser un problema que podría ser peor en el futuro. La nieta de los reyes eméritos tiene una dependencia muy fuerte hacia la comida basura, sobre todo del McDonald‘s y sus hamburguesas. Refrescos, vodka, pizza, patatas y todo tipo de manjares ricos en grasas saturadas. 

Leonor EFE

Este vicio en la vida de Leonor es lo peor que le ha podido pasar a estas alturas. Tiene un desequilibrio en la alimentación, lo que ya se empieza a notar en su físico con cierto aumento de peso y disminución de energía. Aparte de eso, su rendimiento académico también se vio afectado. Si la Familia Real no consigue devolver los buenos hábitos alimenticios a la vida de la próxima Reina de España, este problema podría evolucionar hasta convertirse en un trastorno más grave. 

A finales de agosto, Leonor ingresará a la Escuela Naval Militar en Marín y deberá superar nuevos retos lejos de su familia. Quizá entre ellos esté dejar de alimentarse mal y no ceder ante la presión.