El pasado año marcó hitos importantes en la vida de la princesa Leonor después de finalizar sus estudios en el UWC Atlantic College de Gales. Desde su formación en la Academia Militar de Zaragoza hasta su mayoría de edad, simbolizada por el juramento de la Constitución en el Congreso de los Diputados de Madrid, pasando por la Jura de bandera. La heredera da pasos adelante en su camino hacia el trono.
A medida que Leonor continúa con sus deberes militares y se prepara para asumir responsabilidades más amplias, también está dando pasos hacia la independencia personal. Recientemente, se ha dado a conocer que ha comenzado a tomar clases de conducir, un paso crucial para su autonomía. Tener su propio coche y licencia de conducir le permitirá moverse con mayor libertad, aunque seguirá bajo la protección de sus escoltas.
La princesa Leonor se saca el carnet de conducir
“Se está sacando el carnet de conducir”, publicaba recientemente la revista ¡HOLA!. De hecho, tener el carnet de conducir es imprescindible para poder avanzar en la formación militar. “Este verano seguramente la veremos por la isla de Mallorca conduciendo su primer coche”, añaden.
En previsión de esta nueva etapa, su abuelo Juan Carlos I había planeado para ella. Siguiendo una tradición familiar que comenzó con Felipe, el ex monarca quería obsequiarle con un coche. Y así se lo planteó el emérito a Zarzuela cuando Leonor cumplió 18 años.
Zarzuela rechaza el regalo de Juan Carlos I a Leonor
Sin embargo, a pesar de su interés en obtener su primer coche, Leonor no pudo aceptar el regalo. La reina Letizia y el rey Felipe VI rechazaron rotundamente la oferta. La dudosa procedencia del regalo del emérito fue la razón principal de la negativa de los reyes, quienes priorizan la integridad y la transparencia en todas las facetas de su vida y la de sus hijas, con tal de proteger la imagen de la monarquía y el futuro reinado de su hija.
Aunque el modelo específico del coche que Juan Carlos I tenía la intención de regalar a Leonor no ha sido revelado, se especula que se trataba de un vehículo de una marca de lujo. En el pasado, el rey emérito había regalado un Seat Ibiza a Felipe, un gesto que reflejaba las tendencias automovilísticas de la época en España. Sin embargo, las circunstancias actuales han llevado a un rechazo total de cualquier regalo por parte de la familia real hacia el emérito.