La Casa Real parece que empieza a confiar en Leonor poco a poco. La pequeña Borbón empieza a ejercer de princesa, lo que tendría a toda la familia revolucionada. El primer gesto fue que Felipe VI le hiciera entrega del Toisón de Oro, la máxima condecoración de la monarquía. Verla con la medalla en el vestido suponía la confirmación de que arrancaba su reinado, pero desde entonces sólo ha presidido un acto en Covadonga en el que ni pronunció discurso.

Algunos lamentan que va demasiado poco a poco y que tendría que espabilar. Pero estos detractores tendrán que morderse la lengua, ya que el miércoles seremos testigos de las primeras palabras en público de la primogénita.

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El 31 de octubre será uno de los días más especiales de Leonor, de hecho. Llega su 13º cumpleaños, que coincidiría con este debut oficial. Intervendrá por primera vez leyendo con el rey Felipe un fragmento de la Constitución para conmemorar los 40 años de la Carta Magna. Una prueba aparentemente sencilla pero que le pondrá en el centro de la diana mediática, ya que todas las miradas estarán fijadas en sus movimientos. ¿Se equivocará? ¿Leerá bien?

A quien parece que no quiere hacer acto de presencia durante el acto es el rey Juan Carlos. Esta semana todo el mundo habla del atrevido documental de ETB que analizaba las cuentas secretas del emérito, así como de la columna de Peñafiel relatando qué ha obtenido de los turbios negocios con la monarquía árabe. ¿Será por eso que quiere esconderse? ¿Es suficiente excusa como para pasar de su nieta y despreciarla de esta manera?

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Leonor pronunciará sus primeras palabras públicas, lo que a buen seguro le pondrá nerviosa. ¿Cómo es que Juan Carlos no quiere estar a su lado para darla apoyo? Si bien no quiere hacerlo porque considera que no es trabajo suyo, también sorprende que haya declinado la invitación a la fiesta de cumpleaños de su nieta, según explica El Mundo.

En vez de ejercer de abuelo, habría decidido irse a navegar a Galicia acompañado de su inseparable hija, la infanta Elena. Refugiarse en el mar parece ser la única afición que tranquiliza al emérito...

EFE

¿Qué pensarán los reyes de este último feo? ¿Se ha enfriado la relación con sus nietas o nunca se han tenido mucho cariño?