El paso de la princesa Leonor por la academia militar de Zaragoza toca a su fin. La heredera está a punto de dar por finiquitada su estancia en la capital aragonesa en su primer año haciendo de soldadito español, un año que le ha encantado, donde le ha cogido el gusto a eso de hacer maniobras y donde no se ha privado de nada. Tampoco de la fiesta. Mucha fiesta, a juzgar por las imágenes que han trascendido de la noche zaragozana muchos fines de semana del año. La hija de Felipe y Letizia, en su salsa, se ha adaptado perfectamente al día a día en la academia y dentro de poco empezará sus vacaciones. Como el resto de los Borbones, que, como no podía ser de otra manera, se dejarán caer por Marivent. Mallorca ya les espera, pero este año, con una novedad, protagonizada precisamente por Leonor. O mejor dicho, por su ausencia en la foto de familia.
La heredera pondrá el punto y final a su paso por Zaragoza el 3 de julio, cuando reciba su despacho de alférez del ejército, acabando su primer año de formación militar, de los tres que tiene que hacer. Próxima parada: la academia naval de Marín, en Pontevedra. El acto, al cual asistirán sus padres y su hermana, servirá para despedirse de sus compañeros cadetes... O no. Porque la princesa tiene previsto hacer una escapadita, un plan con colegas durante la segunda quincena de julio, los militares con los que ha hecho más vínculos y ha tenido más afinidad. La chica no quiere perder el contacto y según Monarquía Confidencial, "eso la ha empujado a hacer planes de descanso lejos de Zaragoza, y aunque el destino no ha trascendido, todo apunta que el lugar elegido sea Cabo de Palos, en Cartagena". Motivo por el cual es probable que no esté en la mencionada foto familiar.
La princesa hizo sus últimas maniobras con sus compañeros el pasado 7 de junio, en Segovia. Por lo que dicen, las más exigentes hasta ahora, combinando fuego y movimiento, capacidad de sufrir y ejercicios nocturnos. Aunque por la noche también ha hecho otras cosas. Como salir de fiesta. Cosa que ha quedado demostrado cuando el mismo medio revela, por fuentes próximas, "que la princesa de Asturias mostró cierto interés en conocer la noche de Segovia. En concreto, charló con un compañero alférez de quinto curso, con quien entabló una conversación y a quien preguntó directamente si conocía locales nocturnos para salir de fiesta en la ciudad". A Leonor le va la marcha, y más que comer cochinillo, las costumbres de Segovia que más la preocupan son los locales donde salir de fiesta.
“Nos preguntó sobre nuestra experiencia en la Academia. Y le interesaba saber dónde salir de fiesta”, dijo este alférez y alguno de sus compañeros de quinto que se sentaron con los cadetes de la edad de Leonor en mesa, en una tradición a la hora del almuerzo. No es la única revelación. Contrariamente a lo que se nos ha ido diciendo sobre cómo de ejemplar es la princesa, qué buena y eficiente que es, qué actitud más comprometida todo el año en la academia, la verdad es que no es oro todo lo que reluce y la heredera, quizás por estas ganas de fiesta, ha hecho como el resto de los mortales de su edad: ir KO a clase. Fuentes de la academia explican que "la princesa Leonor está siendo una alumna ejemplar"... Pero el mencionado medio pone agua al vino: "según hemos sabido, esto no es del todo cierto: 'alguna vez se duerme en clase. A la vez, sus calificaciones no han sido tan altas como se esperaba'”... Vaya, vayita. Trolaca al canto por parte de Zarzuela. ¿La excusa?: que "a Leonor le pesa las obligaciones que le imponen su condición de princesa". Por eso va dormida a clase. Y eso que Felipe la avisó, "ya advirtió a su hija de que tuviera cautela en su tiempo libre. El rey quiere evitar a toda costa que sus salidas con el grupo de amigos transmitan una imagen negativa de Leonor"... Veremos cómo le va en la escapadita con los amigos y si el próximo año sigue durmiéndose en clase.