Leonor afronta una crisis de imagen pero no por lo que ella hace durante su viaje con el Elcano sino por como Zarzuela está maniobrando para taparlo. El escándalo de los últimos días no es que Leonor haya ido a una playa de Montevideo y haya hecho cosas tan normales como ponerse bikini, entero o sin parte superior, beber una cerveza o besarse con su pareja. El gran error es que Zarzuela haya presionado para que las dos periodistas catalanas que lo destaparon en El Periódico, Laura Fa y Lorena Vázquez, hayan quedado en falso porque su diario recortó el artículo donde revelaban la exclusiva de las fotos y la mitad del vídeo de su pòdcast. El resto de medios lo han silenciado. Diego Arrabal, paparazzi compañero del autor de las fotografías de Leonor en bikini, niega en su canal de Youtube que aparezca nada fuera de lo normal en las imágenes de Leonor en la playa y reconoce que Zarzuela las quiere retirar del mercado porque Leonor no sale favorecida: "Tiene tripita y algún granito, nada más". Por un grano no se obliga a un medio a recortar un artículo. Pero la versión de Arrabal es que las fotos no contienen nada extraño ni escandaloso: solo Leonor en bikini.
Esta versión no explica por qué Zarzuela ha enloquecido con las imágenes. Si Letizia ya apareció en bikini en unas fotos cuando era princesa y no se hundió el mundo, ahora pasaría lo mismo con unas fotos de Leonor en bikini. Levantarían curiosidad, pero se olvidarían. Zarzuela ha obligado a la prensa a callarlo o porque sale alguna cosa más o porque considera que no había que proteger a la princesa Letizia y, en cambio, sí a la princesa Leonor. Para Casa Real, Letizia solo era la princesa consorte, la mujer del príncipe Felipe. En cambio, Leonor es princesa titular, la heredera. La incógnita de las fotos quizás no se resolverá si el CNI consigue convencer al paparazzi español que las tiene a venderlas a Casa Real y pagarlas con fondos reservados. Si el fotógrafo quiere que se publiquen, saldrán. En un medio extranjero o en twitter. Todo excesivo, Leonor no ha hecho nada poco ético, ni escandaloso, ni inapropiado para una mujer de 19 años. De hecho, el día de playa en Montevideo acabó con Leonor en un hotel de lujo, durmiendo acompañada. Así lo revela con toda normalidad un medio afín a Casa Real como Vanitatis.
La normativa del Elcano durante las diferentes escalas sudamericanas es muy laxa. El digital explica que cada guardamarina es libre de dormir en un hotel de lujo las cinco o seis noches que dura la estancia en cada puerto del velero de la Armada. Solo hay una condición: llamar al comandante antes de las 10 de la mañana para avisar que el guardamarina no irá a dormir al barco indicando el nombre del hotel donde se aloja: "Los guardiamarinas tienen tiempo libre, y lo único que deben hacer es una llamada de teléfono al comandante de brigada antes de las diez de la mañana si no duermen en el barco. Además, deben haber comunicado previamente el nombre del hotel donde se hospedan. Lo habitual es haber reservado alojamiento. El establecimiento elegido suele ser de una categoría superior, y en ocasiones la recomendación viene de antiguos guardiamarinas que hicieron la misma travesía. Cada uno se paga su estancia. En el Elcano no hay gastos y, por lo tanto, los guardiamarinas tienen el sueldo íntegro (algo menos de dos mil euros) para permitirse ese lujo. Lo que se hace es compartir una habitación con un compañero".
Leonor el día de las fotos fue a la playa acompañada y aquella noche durmió también acompañada en un hotel de lujo de la capital de Uruguay, muy probablemente con su novio guardamarina. El digital sugiere que la princesa duerme con compañera femenina. No quieren que Leonor parezca una mujer sino un símbolo de pureza. Que duerma con quien quiera. Así será mejor reina.