Leonor empieza a acostumbrarse a esta nueva vida que le ha tocado vivir como futura reina de España. Sabe perfectamente que debe prepararse para ese gran reto y cumple con todas sus obligaciones. En estos años está dedicada al 100% en su formación militar, obligatoria para cualquier Jefe de Estado como ella. Por lo mismo pasó Felipe VI y Juan Carlos I. La princesa superó el primero año con la Academia General Militar de Zaragoza y el ejército de tierra, y está a punto de recibir la máxima condecoración con la Armada. No obstante, a su círculo más cercano le reconoce que es el tramo más complicado de la etapa.
La hermana de Sofía lo está pasando realmente mal a bordo del buque escuela Juan Sebastián Elcano. Es una aventura muy gratificante, pero también muy dura. Leonor ha vivido semanas muy angustiosas. A diferencia de sus compañeros, ella no se ha formado previamente para esta expedición. No había estado nunca en un barco de esas características, tampoco con el mar tan embravecido y sin comunicaciones.
Leonor no hará más guardias en cubierta por petición especial de los reyes
Leonor ha sufrido fuertes mareos y vómitos durante los primeros días. Tuvo que ausentarse de sus clases y reposar en su camarote, una minúscula habitación estrecha que comparte con otras tres personas en literas. La princesa acudió al equipo médico a bordo y le recetaron biodramina.
También sufrió algún que otro percance cuando le tocó vigilar la cubierta. Cada día hacen guardias, especialmente durante las noches. El mar del Atlántico estaba demasiado bravo y sufrió un golpe por el oleaje cayéndose y dándose algunos golpes. A su desembarco en Uruguay apareció con el brazo repleto de moretones.
La hija de Letizia y Felipe VI también sufre claustrofobia, es mucho tiempo encerrada en un espacio tan reducido y con tantas personas. Hay 75 alumnos, sin contar los profesores y el personal de servicio. Las salidas a tierra firme están contadas. Debe pasar varias semanas encerradas en el barco para volver a salir.
Los reyes pidieron que no se hiciese ninguna diferenciación con el resto de guardiamarinas, igual que sucedió en Zaragoza. No obstante, está muy preocupados por la salud de la joven. Los altos cargos le han prohibido hacer más guardias, especialmente si hay mala mar. No sale a cubierta. Así se evitan mareos y golpes. Es la única diferenciación que se ha empezado a hacer con la hermana de Sofía por todos los acontecimientos de los últimos dos meses.