La relación entre Felipe VI y Letizia ha estado marcada por la tensión y los secretos durante más de una década. Aunque ante la opinión pública se muestran como una pareja sólida, la realidad dentro del Palacio de la Zarzuela es bien distinta. Diversos expertos en Casa Real sostienen que el matrimonio está roto desde hace años, pero que los monarcas han optado por mantener las apariencias. ¿El motivo? La princesa Leonor.
En principio se dijo que la tensión en la pareja empezó entre 2012 y 2013, con las presiones de Letizia para apartar a la infanta Cristina de la familia real por el caso Nóos y para la abdicación de Juan Carlos I por sus corruptelas. Letizia siempre habría actuado bajo un mismo objetivo: asegurar la imagen de la institución y el futuro trono para su hija Leonor.
Más de una década en crisis
La periodista Pilar Eyre apunta que, tras la tormenta, la pareja optó por un cese de la convivencia, siguiendo el ejemplo del rey emérito Juan Carlos I y la reina Sofía. Desde entonces, Letizia y Felipe no comparten habitación y procuran no coincidir en la intimidad, viéndose únicamente en actos oficiales.
Sin embargo, otras fuentes apuntan a otra dirección. Según revelaciones del abogado Jaime del Burgo, Letizia habría mantenido con él una relación extramatrimonial durante años, incluso antes de casarse con Felipe. Esta supuesta infidelidad continuó aún después del nacimiento de Leonor y Sofía, lo que habría supuesto un duro golpe para el rey. Al principio, Felipe VI desconocía la situación, pero con el tiempo habría sabido la verdad y habría estallado la verdadera crisis entre ellos.
Fuentes como Maika Vasco incluso han llegado a decir que Letizia vivía por temporadas en Nueva York con Jaime del Burgo, y solo regresaba a España para cumplir con sus funciones institucionales. Felipe, resignado, habría aceptado esa doble vida, mientras evitaba cualquier movimiento que pudiera empañar el futuro de su heredera.
La princesa Leonor es quien mantiene al matrimonio unido
Precisamente es esto último lo que mantiene el matrimonio vigente. La motivación más fuerte que une aún hoy a los reyes sería su hija mayor. Según la periodista Maica Vasco, Letizia no quiso separarse nunca de Leonor y Sofía. Si se hubiera divorciado de Felipe, la custodia legal habría recaído sobre el monarca, como estipulan las normas de la monarquía, algo inaceptable para la reina.
Por todo ello, Leonor se ha convertido en el verdadero vínculo que impide la ruptura formal del matrimonio real. La pareja sigue unida ante las cámaras, pero no por amor, sino por obligación institucional y por proteger el destino de una princesa que, en medio del silencio de sus padres, se prepara para ser la próxima reina de España.