A finales de agosto, la princesa Leonor ingresaba en la escuela naval de Marín, Pontevedra, para continuar con su formación marcial, ahora en el agua, después de su paso por la academia militar de Zaragoza. La heredera tiene de antemano un año donde vivirá en el buque escuela Juan Sebastián Elcano a partir del mes de enero, seis meses en alta mar, y donde ahora, estos meses que todavía quedan, hace la preparación con sus nuevos compañeros (y alguna fiesta que otra). La princesa no empezó con buen pie su estancia en tierras gallegas. De hecho, había preocupación en torno a su figura. Más que preocupación. Saltaron las alarmas. ¿Por qué? Por su (poca) preparación física que la hacía ir a remolque del resto de compañeros de promoción en los primeros ejercicios y las primeras prácticas que llevaron a cabo en el centro.

Concretamente, fuentes próximas en torno a su guardamarina más ilustre indicaban a Monarquía Confidencial que no está preparada para los niveles de exigencia de la escuela: "debe ponerse en forma física adecuada a las exigencias del centro. A los mandos de la academia les preocupa la baja forma física en que ha ingresado Leonor de Borbón. No está en condiciones óptimas para seguir los entrenamientos estrictos a los que están acostumbrados aquí”. El detonante donde Leonor le vio las orejas al lobo fueron unas competiciones deportivas entre brigadas donde los alumnos de su equipo demostraron que estaban en buena forma y quedaron primeros, pero donde se vio que "Leonor no mostró una preparación física adecuada, tal como se comprobó en sus movimientos durante las pruebas".

Hacía falta que se pusiera las pilas y por lo que explica la mencionada publicación, la hija de Felipe y Letizia ha respondido. Después de verla con el resto de compañeros haciendo su primera salida en el mar de este curso, utilizando las lanchas de instrucción, las mismas fuentes admiten que los altos mandos de la escuela encargados de supervisar el día a día de los guardamarinas "han mostrado su satisfacción por el comportamiento de Leonor tras superar su primera jornada de instrucción. Está muy implicada, muy colaborativa con sus compañeros y se le ve su ilusión y ganas por aprender"Lecturas va más allá y apunta que a pesar de que a "Leonor se la veía desubicada y algo más lenta que sus compañeros" al principi, "de esto ya no queda ni rastro. La princesa es una más entre los alumnos y destaca al mismo nivel".