La princesa Leonor es una adolescente en edad de crecimiento. Camino de los 16 años, ya es tan alta como la madre y más bajita que la hermana pequeña. La infanta Sofía ha pegado el estirón y las dos tienen una alimentación que toda España ha visto. El célebre reportaje de hace unos años con las niñas comiendo acelgas. Ahora Jaime Peñafiel, célebre para publicar quejas de los padres y madres de la escuela de las hijas de Letizia, ha dado un paso más. Los padres se quejan de que sus altezas no comen lo mismo que el resto de niños.
Jaime Peñafiel publica en LOC que "Los padres se han sentido totalmente discriminados por las decisiones de la escuela de Leonor que afectan no solo a sus hijos, sino al resto de los colegiales como, por ejemplo, las comidas. Letizia, hizo cambiar el menú aunque la Princesa y la Infanta son las únicas que comen de las tarteras que, según cuentan, meten en la cocina del colegio los guardaespaldas a la vista de todo el mundo. El resto de los colegiales se limita a comer un menú aburrido y monótono sin hidratos ni fritos". Guardaespaldas con fiambreras de Zarzuela para que las niñas coman diferente.
Peñafiel remata a la directora de Los Rosales, la escuela de élite donde Leonor hará, finalmente, la Confirmación este año: "Muchos de los padres creen que la directora y amiga de Letizia ya no está capacitada para seguir realizando lao funciones de directora del prestigiosísimo colegio". Mientras van pasando seguratas en el comedor entrando tuppers a la princesa y a la infanta para que no coman lo mismo que el resto de mortales, los otros niños se lo miran y sus padres pijos, católicos y ricos, están que trinan.
La obsesión de Letizia era cambiar el menu de toda la escuela. Una vez conseguido, ahora resulta que se niega a que sus hijas coman lo mismo que el resto. Tendrá miedo a que las envenenen. Pero quien se envenena es Letizia, si se muerde la lengua.