La Familia Real ha abandonado Catalunya después de dos jornadas de visita oficial. La princesa Leonor se estrenaba el domingo por la tarde en Girona, en el Museo Dalí de Figueres, acompañada de la infanta Sofía. La anécdota es que era la primera vez que la heredera pisaba este territorio catalán, incluido en su nómina de títulos nobiliarios. Nunca había estado allí porque en Girona los Borbones no son bienvenidos, y no les ceden espacios para hacer la entrega de premios de la fundación que lleva su nombre. Por eso la gala se celebró en Cornellà, pasando previamente para|por Barcelona, donde la vimos en el palacete Albéniz ya reunida con sus padres, el rey Felipe y la reina Letizia. Allí asistió a un taller en los jardines de este rincón de Montjuïc, al lado de un chico muy guapete que quizás le hacía pensar en su novio brasileño añorado.
De toda la visita, los looks de las niñas Borbón ha sido lo más comentado, así como su discurso en catalán, silenciado de forma recalcitrante y monolingüe por la tele de todos, TVE. Leonor y Sofía han seguido la tradición de la Casa Real de hacer pequeños gestos con los indígenas, como hablar su lengua o lucir ropa y complementos. Por ejemplo, han llevado alpargatas en Figueres y también en Barcelona. Qué bien, ¿no? Muy consideradas, y tal. El problema es que en la Corona todo se tiene que mirar con lupa, porque si no lo haces, te la clavan. Eso sí, hay un dicho castellano que resume perfectamente lo que ha pasado con esta elección de vestuario: "Se pilla antes a un mentiroso que a un cojo". Coja no iba, sólo tenía heridas en las manos. Pero sus alpargatas sí que iban cojas, principalmente de catalanidad. No lo eran. Un fake.
Las espardenyes menos catalanas de la historia en los pies de la princesa Leonor
De hecho no osaremos volver a llamarlas, sino "alpargatas". En castellano. Más españolas que el palo de la bandera. De Caravaca de la Cruz, en Murcia, una tierra con una simpatía especial por Catalunya. Lo sabemos gracias a Vanitatis, que las describe como "murcianas, sostenibles y, lo más importante, exclusivas", de 120 euros. No están en el mercado, porque todavía no las han enviado a las tiendas. Leonor ha sido su imagen publicitaria exclusiva, una colaboración que viene de parte de madre: Letizia llevó uno de estos diseños durante aquella famosa gira monárquica en plena pandemia. Será que tenemos la memoria frágil y, más importante, que nos tragamos cualquier historieta. Por eso pensábamos que la Casa Real habría contactado con fabricantes de alpargatas catalanas para la visita oficial. Ni en broma. Murcia, que bella eres.
Sofía y su vestido en clave españolista en Catalunya
Esta anécdota confirma los presagios de la mala leche de la Corona hacia la díscola Catalunya. Siempre que pueden nos hacen la puñeta, especialmente con los detalles más pequeños e intranscendentes. Por ejemplo, que la casualidad haga que Sofía repitiera vestido en Figueres justo con el mismo diseño que llevó durante el desfile militar del 12-O, día de la Hispanidad. En otras palabras, la celebración facha por antonomasia, aparte de conmemorar un genocidio. Pero esta es otra historia. Mira que había opciones, pero escogieron esta. Y ahora las alpargatas murcianas. Qué gente.
Dicen que los catalanes estamos obsesionados con España. Pero da la impresión que es al revés. Y lo están transmitiendo a las niñas de la Casa Real. Adoctrinamiento en estado puro.