La princesa Leonor ha demostrado una gran capacidad de adaptación en cada etapa de su formación, pero la exigente instrucción militar que enfrenta en el buque escuela Juan Sebastián Elcano parece estar llevándola al límite. A pesar de la imagen pública impecable que proyecta, en el ámbito privado la heredera al trono estaría atravesando un momento de crisis emocional. Fuentes cercanas aseguran que la joven ha considerado en al menos dos ocasiones la posibilidad de abandonar su formación antes de completarla.

Desde que se embarcó en esta travesía el pasado 11 de enero, Leonor ha tenido que enfrentarse a retos físicos y psicológicos de enorme exigencia. Tras varios meses en la Escuela Naval de Marín, donde adquirió los conocimientos teóricos necesarios, la segunda fase de su formación la ha llevado a vivir en condiciones extremas en alta mar. Sin embargo, la realidad ha sido más dura de lo que esperaba. La disciplina militar ha resultado un desafío demasiado grande.

Leonor buque escuela

La princesa Leonor está teniendo problemas para adaptarse en el Elcano

La presión que recae sobre la princesa no es solo física, sino también emocional y mediática. El empeño de sus padres en que su formación sea impecable ha supuesto que los entrenamientos sean aún más rigurosos. Leonor ha tenido que realizar ejercicios adicionales para alcanzar el nivel requerido, lo que ha generado un desgaste evidente en su estado de ánimo. Esta sobrecarga, unida a la ausencia de su familia y la falta de privacidad, la ha llevado a experimentar episodios de estrés e incertidumbre.

Las fuentes que siguen de cerca su evolución afirman que en dos momentos específicos, la princesa habría manifestado su intención de abandonar el buque Elcano. No podía más. Sin embargo, tanto sus superiores como su entorno cercano han intervenido para convencerla de continuar.

Leonor en el Juan Sebastián Elcano

Personal especializado al servicio de Leonor

Para evitar que la situación empeore, se ha reforzado su acompañamiento psicológico, algo que Letizia habría impulsado desde el inicio de esta etapa. La reina consorte siempre ha sido una firme defensora del cuidado de la salud mental, y en el caso de su hija, ha insistido en que reciba la orientación profesional necesaria para sobrellevar esta experiencia.

El desgaste de Leonor no es solo consecuencia de la exigencia militar, sino también de la enorme expectativa que pesa sobre ella. Su figura ha despertado un fenómeno social conocido como “Leonormanía”, convirtiéndola en el centro de atención dentro y fuera de España. Su impecable desempeño hasta ahora ha sido reconocido por la ciudadanía y los medios internacionales, consolidándola como la heredera mejor preparada de las monarquías europeas. Sin embargo, la presión de mantener esa imagen sin fisuras parece poder con ella.