Leonor ha sido la protagonista de los últimos meses. Desde que juró la Constitución el pasado 31 de octubre y cumplió la mayoría de edad, se ha desatado un fenómeno que ya se conoce como la ‘Leonormanía’. Toda la ciudadanía está expectante a cada uno de sus movimientos. Todas sus apariciones son una revolución. Se aplaude su naturalidad y se agradece que definitivamente la princesa no tenga nada que ver con los Borbón. De hecho, la hermana de Sofía es la única de Casa Real que aprueba con nota.
La princesa ha recibido el apoyo de todos los ciudadanos, en parte gracias al gran esfuerzo de Letizia de separarla de los Borbón. El máximo objetivo de Casa Real siempre ha sido proteger el futuro reinado de Leonor.
Últimamente, la hija mayor de los reyes ha protagonizado muchas noticias por sus salidas nocturnas con sus compañeros de clase. Como cualquier joven de su edad frecuenta discotecas y restaurantes. Igual que le gusta viajar. La semana pasada se marchó unos días a ver a Gabriel, quien fue su pareja en Gales, a Nueva York.
El principal problema de Leonor en su formación
Leonor ha sido entrenada para ser reina de España, y continúa haciéndolo con su formación. Actualmente está a punto de dar por concluido el primer año de la obligatoria formación militar, en este caso con el ejército de tierra. Pero ser princesa de Asturias no es fácil, y más cuando partes de cero. Desde muy pequeña, tanto Leonor como Sofía, los monarcas no han querido hacer distinciones con ninguna de sus hijas, han recibido una fuerte educación y un exigente protocolo. Deben saber como comportarse en actos a los que ningún mortal acudiría jamás.
Felipe y Letizia siempre han intentado que Leonor crezca en un entorno lo más natural posible. De hecho, su madre no tiene sangre azul. Se ha procurado que disfrute de una infancia como la del resto de niños, y no hiciese uso de chófer ni niñera.
Una de las pocas críticas que se hace a Leonor es su falta de dicción. En algunos de sus discursos no se la entiende con claridad, como ya le sucedía a sus abuelos, Juan Carlos y Sofía. La princesa recibe tanto en Zarzuela como en la Academia General Militar de Zaragoza clases de dicción para mejorar la entonación en sus discursos, que se la pueda entender con mayor claridad. Ella será la reina de España y llevará la voz cantante en todos los actos institucionales, en este caso será el rey una mera figura acompañante.