Las ausencias de la fiesta de cumpleaños de la princesa Leonor tenían tanto de peso como las presencias en el palacio de El Pardo. Fumarse la gran cita familiar de los Borbones por la mayoría de edad de la heredera de la Corona te dejaba retratado. Si son un clan y un negocio, que menos que ir todos a una en ocasiones especiales. Pues no, resulta que las tribus de sangre azul son como el resto de los mortales: se pelean, tienen miserias, guerras, conflictos. Incluso más que los plebeyos. ¿Por qué? Porque hay más intereses en juego. Envidias. Celos. Desconfianza. Odio y mentira. Eso es una monarquía de puertas adentro, cuandoo nadie los mira... porque no se dejan. Sin fotos. Sin testigos.
4 miembros jóvenes de esta estirpe con ADN royal han sido protagonistas por no asistir a un acontecimiento en el que incluso estaban dos desterrados en Abu Dabi, Juan Carlos y Froilán. También la Tia Pecu Irene, los Zurita o algunos Ortiz escondidos por la puerta de atrás. Pero ni rastro, por el lado Ortiz, de la sobrina Carla Vigo, que parece que prefirió ir a una fiesta de Halloween, aunque su círculo ha dicho que realmente ni la habían invitado. De los Borbones, ni Juan Valentín, ni su hermano Pablo Urdangarin ni Victoria Federica. Esta pareja lo tenía claro: su plan alternativo era mucho mejor. Y bien lejos de Madrid.
Todos sabemos que Victoria Federica fue a Perú a ver las corridas de toros de su rollete Álvaro Roca Rey. Últimamente se han visto a menudo, o eso parece. De hecho, ha habido movida por una portada de revista, cosa que ha hecho temer a los amigos de la chica por su salud mental. Está clarísimo que entre el maltratador de animales y la hija de la infanta Elena hay una historia intermitente. Que se pegan un homenaje cuando se ven, en plan modernos y openminded. Lío, vaya. No pasa nada. Pero al final, queda como te has pegado 12 horas de vuelo a Lima para pasar una noche de pasión y evitar la gran puesta de largo de la futura reina y jefa de la familia. Bien, lo que sería bien, no quedas. Ya puedes ir haciendo después posts en Instagram diciéndole guuuuuapa a Leonor, que no cuela. Tienes la cruz, bonita.
Ahora, que la joven pseudoestrella virtual no ha sido la única que ha hecho este intercambio: una prima reina por unos cuantos arrumacos. La sorpresa es Pablo, también culpable. Voló a Múnich para pasar los días con Johanna Zott, su novia. La joven estudia un Erasmus en Alemania, y allí disfruta de aquello que últimamente no tenía en Barcelona: intimidad. Todo es diferente, bucólico y perfecto para el amor. Y Pablo cogió un avión emulando el peor ejemplo de la familia, Vic. Ains. La cosa es todavía más alucinante cuando, hace pocas horas, se ha visto al siempre guapo, formal y discreto Pablo volviendo a Madrid para asistir a la comida en honor a la yaya Sofía, que cumple 85 años bastante triste. Está muy bien, buen nieto. Pero mal primo y mal vasallo. El republicanismo te aplaude, eso sí. Ahí cero quejas.