La Casa Real española continúa con la contraprogramación. Como ha quedado claro estos días y explica este miércoles Pilar Eyre en Lecturas, hay dos Familias Reales: la 'A' y la 'B'. La primera es la de Felipe, Letizia y las niñas adolescentes, Leonor y Sofía. La otra, la de Juan Carlos y sus satélites. La segunda toca las narices a la primera a la menor oportunidad, como quedó claro con la esperpéntica foto en Abu Dabi con más retoques que el Instagram de Carmen Lomana. El colmo, cortarle las piernas al nieto Pablo Urdangarin, pobrecito. La chapuza eclipsó el primer acto público de 2022 de la heredera Leonor en España, nada más acabada de volver del internado de Gales. El abuelo Juanito siempre fastidiando.

La princesa hizo acto de presencia en un encuentro con refugiados ucranianos. Lo hacía con una mascarilla que tapaba parte de su rostro, pero los cambios de la joven de 16 años eran significativos. No sólo en la fisonomía, también en los complementos: ahora luce un piercing en la oreja, como su madre. La influencia de Letizia es brutal.

Leonor con mascarilla y piercing / GTRES

Juan Carlos y la Familia Real 'B' en Abu Dabi / EP

Este miércoles una nueva aparición de la princesa nos ha permitido ver su cara sin tapabocas. Lo hacía en solitario, sin supervisión, en Leganés: unas jornadas sobre el uso seguro de Internet y los teléfonos móviles. Ya nos gustaría saber qué relación tiene ella con estos aparatos: en España seguro que los utiliza poco por prescripción materna. Otra cosa será en el UWC Atlantic College, donde lleva una vida mucho más adecuada a la de la juventud. Privilegiados y elitistas, sí, pero juventud. Leonor ha entrado en el recinto lleno hasta la bandera de escolares, y lo hacía con un look que se parecía más a un pastel que a otra cosa: blusa blanca semitransparente con bordados, tejanos rosa pálido y zapatillas deportivas Hugo Boss, las favoritas de su mami (otra vez). Más allá del vestuario, sin embargo, lo que ha sorprendido ha sido su apariencia: no parece la misma de hace unos días. La transformación en adulta la estamos viviendo en directo.

Leonor, sin mascarilla / EFE

Hoy por primera vez podemos asegurar que Leonor ha abandonado la niñez y tiene un rictus en el umbral de la edad adulta. Labios y boca más gruesas, ojos marcados y afilados y una nariz bien prominente. Hay división de opiniones: muchos la ven como muy borbónica, sobre todo por este apéndice, mientras que otros ven la herencia Ortiz por todos lados. Sí, cierto: Letizia se ha retocado tanto que es imposible que se parezca a nadie. Pero si hacemos memoria, cuando era una joven promesa del periodismo, la cosa cambia. Algunas de sus expresiones, además, nos recuerdan a aquella imagen de la consorte como la reina mala del cuento, como en aquella entrega de los premios Princesa de Asturias. Al margen de estas consideraciones sobre los rasgos físicos, destaca el nerviosismo de la heredera: se ha pasado la mañana tocándose el pelo y haciendo algunas muecas, víctima de la tensión y del peso de las miradas fisgonas. Juzguen ustedes mismos.

Leonor, nerviosa sin mascarilla / GTRES

Leonor, nerviosa sin mascarilla / GTRES

Leonor, nerviosa sin mascarilla / GTRES

Letizia, la reina 'mala' / TVE

Letizia haciendo de reportera a TVE

Felipe VI / EFE

Se abre la veda: ¿es de papá o de mamá? ¿Es Leonor la princesa mala y Sofía la buena? Hagan juego.