El pasado 11 de enero, la princesa Leonor se embarcó en una travesía que marcará un antes y un después en su preparación como futura jefa de Estado. A bordo del legendario buque escuela Juan Sebastián Elcano, la heredera de la corona ha comenzado una experiencia única que pondrá a prueba no solo su resistencia física, sino también su capacidad de adaptación. Este icónico velero, que ha formado a generaciones de oficiales, será su hogar durante los próximos seis meses mientras recorre varios países y océanos.

La despedida en el puerto de Cádiz fue un momento cargado de emoción. La familia real, encabezada por el rey Felipe VI y la reina Letizia, acudió para acompañarla en su partida. Aunque solemne, el acto dejó entrever la cara más humana de los monarcas. Letizia, visiblemente emocionada, se mostró vulnerable al despedirse de su primogénita, quien por primera vez se enfrenta a un desafío de esta magnitud.

Leonor buque escuela
Leonor buque escuela

Leonor tiene dificultades para adaptarse a su nueva vida en alta mar

Sin embargo, el inicio de esta aventura no ha sido sencillo para Leonor. Los primeros días de navegación pusieron a prueba su fortaleza. El movimiento constante del barco le causó mareos severos, lo que, según los especialistas, es un efecto común conocido como "mal de mar". Esta condición, caracterizada por náuseas y desequilibrio, obligó a la princesa a permanecer dos días en su camarote para recuperarse. Durante ese tiempo, se vio apartada de las actividades del grupo, perdiéndose incluso algunas de las primeras lecciones a bordo.

La vida en el Elcano no es fácil, especialmente para quienes no están acostumbrados a largas jornadas en alta mar. Varios de sus compañeros experimentaron síntomas similares, desde ansiedad hasta claustrofobia, mientras sus cuerpos y mentes se adaptaban al entorno. Aunque Leonor ha tenido que enfrentar estos obstáculos iniciales, ha demostrado determinación para superar cada desafío.

Leonor Juan Sebastián Elcano
Leonor Juan Sebastián Elcano

Tres semanas navegando sin descanso

El pasado 17 de enero, el buque realizó su primera escala en Tenerife, brindando a la tripulación un breve descanso en tierra firme. Sin embargo, Leonor apenas pudo disfrutar del momento, ya que se encontraba agotada tras días de mareos y molestias. Aun así, este tipo de adversidades son consideradas normales por los instructores del Elcano, quienes confían en que la princesa, como sus compañeros, se adaptará al ritmo exigente del viaje. Y más le vale. Esta semana estuvo anclado en Las Palmas, pero el jueves empezó una travesía para navegar hasta el 14 de febrero rumbo a Brasil.