Sería fascinante que una cámara pudiera adentrarse en los pasillos del Palacio de la Zarzuela y capturar lo que ocurre en su interior durante un día entero. La vida dentro de la residencia real sigue envuelta en un aura de misterio, y quizá este hermetismo sea precisamente lo que genera tanta curiosidad entre el público. Apenas se tienen detalles sobre la rutina de los actuales reyes y los monarcas eméritos, y la mayoría de la información disponible proviene de biografías no oficiales o del trabajo de periodistas especializados en la Casa Real. Sin embargo, muchos de los rumores y especulaciones que han circulado a lo largo del tiempo jamás han sido confirmados ni desmentidos por los propios protagonistas, lo que contribuye a mantener esa atmósfera de incertidumbre en torno a la realeza.
Entre los pocos datos que sí han sido aclarados, destaca el motivo por el cual el Rey Felipe VI deja crecer su barba en determinadas épocas del año. Según él mismo ha explicado en diversas ocasiones, su piel es extremadamente sensible y propensa a irritaciones. Para evitar molestias derivadas del afeitado continuo, especialmente durante los meses de verano cuando la agenda oficial es menos intensa y se toma un descanso en agosto, opta por mantener la barba. Aunque este detalle ha sido explicado por el propio monarca, otros aspectos de su vida continúan siendo un enigma.
Uno de los temas menos abordados públicamente está relacionado con ciertas afecciones de salud que ha padecido (o padece) el Rey Felipe VI. De acuerdo con diversas fuentes, el monarca sufre dos trastornos que la Casa Real nunca ha detallado oficialmente: la onicofagia y la narcolepsia. La onicofagia, que consiste en el hábito compulsivo de morderse las uñas, es un trastorno bastante común que afecta a millones de personas en todo el mundo. En diversas imágenes del rey, se le ha visto con los dedos cubiertos por tiritas o con heridas visibles, lo que indicaría que este hábito ha tenido un impacto en su salud.
Leonor también se dormía en clase
Por otro lado, la narcolepsia es un trastorno neurológico mucho menos conocido que despierta gran interés. Esta condición se hizo más visible en el ámbito mediático cuando el periodista Jordi Évole, quien también la padece, sufrió un episodio en pleno programa de televisión. El veterano periodista Jaime Peñafiel también ha mencionado este problema en relación con Felipe VI, recordando su juventud con cierta dureza: “Era un niño consentido, con dificultades en los estudios, poco puntual y autoritario. Además, tenía un problema añadido: el sueño. Durante la pubertad, parecía estar siempre somnoliento, desinteresado y falto de energía. Se quedaba dormido de pie y, si estaba sentado, simplemente se dormía. Padece narcolepsia”.
Se ha especulado con que esta afección podría haber sido heredada por la princesa Leonor. Según información revelada por fuentes internas de la academia militar donde estudia, la heredera al trono ha experimentado episodios de sueño en clase. Una fuente citada por Monarquía Confidencial afirmó que “en algunas ocasiones se ha dormido en plena clase” y agregó que “sus calificaciones no han sido tan sobresalientes como se esperaba”.
Esta situación preocupa a la Casa Real, ya que la narcolepsia podría afectar a Leonor en el futuro, especialmente cuando deba asumir compromisos institucionales de alto nivel. Para la joven princesa, gestionar esta condición será esencial a medida que crezca, ya que no puede permitirse quedarse dormida en actos oficiales y que las imágenes se difundan por todo el mundo, generando polémica y cuestionamientos sobre su capacidad para asumir el trono.