Desde el exilio de Juan Carlos I en Abu Dabi, la relación entre el rey emérito y la familia real ha estado marcada por la distancia y la discreción. Durante el primer año de su salida de España, Felipe VI impuso una estricta prohibición a su padre, impidiéndole regresar al país para evitar mayor controversia. Sin embargo, con el tiempo y el enfriamiento del escándalo, Juan Carlos logró regresar en 2022, aunque con muchas restricciones. Su primera visita fue altamente mediática, lo que llevó a Felipe VI y a la reina Letizia a exigir que cualquier futuro viaje del emérito a España se realizara con bajo perfil y bajo ciertas condiciones.
Con el paso de los años, la postura hacia Juan Carlos I se ha suavizado. Ya no tiene que pedir permiso explícito para regresar a su país y, como consecuencia, sus visitas a España se han vuelto más frecuentes. Sin embargo, uno de los aspectos que ha permanecido inalterado ha sido la negativa rotunda a que el rey emérito tenga un encuentro público con su nieta, la princesa Leonor, considerada la heredera al trono. La preocupación radica en que una imagen de ambos juntos podría ser interpretada como un intento de rehabilitar la figura de Juan Carlos I, lo cual podría afectar a la imagen de la corona. Es cierto que se vieron en el 18 cumpleaños de la princesa, el pasado mes de octubre. Pero fue un encuentro multitudinario en el que no pudieron recuperar ningún tipo de vínculo.
Juan Carlos I quiere ir a ver a la princesa Leonor
El fin de semana entre el 27 y 29 de septiembre, Juan Carlos I tiene previsto viajar nuevamente a Sanxenxo, localidad en la que ha encontrado un refugio acogedor durante sus visitas a España. Allí, como en otras ocasiones, se hospedará en la casa de su amigo íntimo, Pedro Campos, coincidiendo con la celebración de la 9ª Regata Rey Juan Carlos I El Corte Inglés Máster 2024 en el Club Náutico de Sanxenxo. Pero en esta ocasión, Juan Carlos tiene un deseo especial: quiere reencontrarse con su nieta Leonor, quien se encuentra cursando su formación militar en la Escuela Naval de Marín, a solo 40 kilómetros de distancia.
Este encuentro ha sido motivo de gran controversia dentro de la Casa Real, que lleva más de cuatro años evitando una reunión pública entre el rey emérito y la joven princesa. Sin embargo, contra todo pronóstico, ha sido la propia Leonor quien ha tomado la iniciativa.
Leonor está dispuesta a dar el paso
La princesa ha solicitado a su padre poder reunirse con su abuelo en privado, en lo que sería un intento de recuperar el vínculo familiar que ha quedado debilitado en los últimos años. Leonor, a pesar de ser consciente de las implicaciones mediáticas, no cree que este encuentro pueda perjudicar su futuro reinado, y está decidida a no quedar atrapada en las disputas familiares que han marcado la relación entre su madre y el emérito.
Este gesto por parte de Leonor sería un alivio para Juan Carlos I, quien ha pasado años sin poder disfrutar de su nieta. Más allá de lo familiar, este encuentro también podría tener implicaciones políticas, especialmente si se considera la posibilidad de que refuerce la imagen de unidad dentro de la familia real. Al mismo tiempo, representaría una afrenta para la reina Letizia, quien ha sido vista como una de las principales figuras detrás del exilio del rey emérito.
Sin embargo, la decisión final sobre si este encuentro tendrá lugar recae en Felipe VI y la Casa Real. A pesar de los esfuerzos actuales por fortalecer los lazos familiares entre Felipe, las infantas Elena y Cristina, y la reina emérita Sofía, sigue habiendo una preocupación considerable sobre el impacto que Juan Carlos I sigue generando en la opinión pública. Cualquier movimiento en falso podría poner en riesgo años de trabajo por mantener la estabilidad de la monarquía.