Letizia es conocida, entre otras cosas, por ser una madre estricta con Leonor y Sofía. Controla todo lo referente a la educación, apariciones públicas, vestimenta, relaciones familiares y, sobre todo, la alimentación de ambas. Las hijas del rey Felipe VI han tenido una dieta compuesta de productos saludables y naturales toda su vida. Tienen prohibido darse un capricho como alimentos procesados, frituras, snacks o dulces. No obstante, a medida que ellas crecen, sólo es posible esperar que sigan sus rutinas y costumbres. La heredera al trono está cursando su primer año de la Academia Militar y, contrario a lo que todos pensaban, está disfrutando de cierta libertad para comer lo desee.
Desde hace muchos años, se dice que Letizia está obsesionada con el tema de la alimentación. Lo ha reconocido en alguna entrevista, pero es más importante para ella de lo que realmente demuestra. Cuando Leonor ingresó al colegio Santa María de los Rosales, causó gran polémica entre los padres, ya que se propuso eliminar los alimentos no saludables del comedor. Y a pesar de que muchos estuvieron en contra por el elevado precio del menú, al final lo consiguió. Hace dos años ocurrió lo mismo en el UWC Atlantic College, la monarca hizo que en el comedor abunden verduras y se eliminaran los fritos y procesados.
Ahora bien, esta vez, y contrario a los esfuerzos de la reina, su hija mayor se rebela y empieza a comer alimentos prohibidos.
Letizia, furiosa; Leonor va de la academia a un bar de tapas
La Academia Militar permite a los cadetes disfrutar los fines de semana libres, por lo que la princesa hizo planes para salir con algunos compañeros. Esta escapada tuvo lugar un domingo, en uno de los bares más frecuentados por los estudiantes universitarios y militares, El Tuno. Se trata de un establecimiento muy popular en la plaza de San Francisco, en la calle de Pedro Cerbuna, a unos kilómetros del cuartel militar. No solo es un sitio con un ambiente juvenil y apetecible para degustar tapas, sino toda clase de alimentos a precios bastante accesibles.
El grupo de la joven heredera se reunió a las 20 horas en el local. Allí pidieron toda clase de bocadillos como pizzas, hamburguesas, patatas bravas, tapas, huevos rotos y coca cola. Particularmente, la nieta de Juan Carlos I degustó huevos rotos, beicon y morcilla. De acuerdo con los presentes, decidió comportarse como una más, dejando a un lado su condición real. La cuenta, al final de la noche, fue de 170 euros y se pagó entre todos. Antes de las 21:30 horas, debían volver a la Academia, así que se fueron en taxi.
Dicho episodio seguramente dará pie a otro similar, por lo que la reina tendrá que asumir que su hija está creciendo y que toma sus propias decisiones. Está a tan solo unas semanas de convertirse en adulta, así pues, tiene el criterio para comer lo que quiera. Aunque eso no reducirá el enfado de su madre, quien está acostumbrada a llevar la voz cantante.
Letizia buscó inculcarles hábitos sanos a Leonor, ¿podrá hacerla entrar en razón en esta nueva etapa llena de libertades culinarias?