Casa Real ha decidido convertir este verano en el punto de inflexión de la mala imagen de la Familia Real, de la nuclear, del matrimonio de Felipe, Letizia y sus hijas. Después de un invierno frío, con el escándalo de infidelidad de Letizia con su cuñado Jaime del Burgo, la nueva mano derecha de Felipe, Camilo Villarino nuevo jefe de la Casa Real, está girando la comunicación de Zarzuela para apartar a Letizia y poner en el centro a Leonor y un poco a la infanta Sofía. EN Blau hace meses que detalla cómo Letizia va siendo arrinconada de la agenda oficial, ya no pinta nada, ni pronuncia discursos ni preside actos oficiales. Ejerce de reina consorte y de reina madre, punto. Según parece Zarzuela lo tenía todo a punto para dar carpetazo a Letizia y firmar un divorcio que la dejara arreglada económicamente pero al final han retrocedido. Tienen miedo de recibir ataques del feminismo, un movimiento que consideró que las revelaciones de Del Burgo eran un ataque machista. El género no tenía nada que ver, era un amante revelando que se había metido en la cama de la reina. Como Corinna o Camilla hicieron con los reyes de España e Inglaterra. No es una cuestión de género sino de cuernos. En algunos casos les cuesta el matrimonio, como con Lady Di, y en otros los matrimonios siguen pero separados de facto, como el de Juan Carlos y el de Felipe. Ningún rey se ha divorciado nunca y Felipe no quiere ser el primero. Ahora toca tapar las vergüenzas del matrimonio real con las hijas.
Este martes los reyes han recibido en audiencia a una Fundación de Colegios del Mundo y las dos hijas los han acompañado. Letizia ha vestido como es debido, un traje chaqueta azul y zapato plano, el día siguiente de hacer el ridículo con dolor de pies otra vez. Sofía con un traje rojo fabuloso y elegante, pero en cambio Letizia ha hecho vestir a su hija mayor, la heredera, con otro de aquella colección de vestidos floreados horripilantes de señora mayor, de tía, de la protagonista gruesa de la serie The White Lotus, que le sentaba como a un Cristo unas pistolas. A la guapísima Leonor los vestidos de muñeca le ponen 20 años encima, le hacen bolsa, le dejan una figura poco estilizada y la hacen fea, cuando la princesa es un prodigio natural de la fotogenia. Letizia tiene frío de pies, le coge un cubrimiento cuando la prensa alaba a la hija mayor porque se sabe sustituida. Leonor va mal arreglada porque sí.
Pilar Eyre lo ha dejado escrito en Lecturas, Leonor brilla más sin Letizia: "A Leonor se le da bien viajar sola. El aplomo que ha mostrado en su visita a Portugal, combinado con su sonrisa juvenil y sus ojos alegres y chispeantes, no lo ha mostrado nunca en público hasta ahora. Sin las reprimendas de mamá, sin tener que esforzarse en mediar en situaciones incómodas, sin necesidad de apoyarse en su hermana que, al fin y al cabo, va a tener un futuro muy distinto al suyo, ha podido desplegar su auténtica personalidad y su formación impecable" La Corona ya sabe la triste realidad que las feministas no permiten expresar: Letizia resta.