Este sábado la Familia Real ha representado mejor que nunca la obra shakesperiana Una Corona dividida: unos Borbones en las Rías Baixas en Pontevedra, y los otros en Atenas, para la boda de una prima de Felipe, Teodora de Grecia. Y en medio, Juan Carlos haciendo regatas a solas, sin compartir fotos con nadie más que las de su amante Bárbara Rey. Ninguna monarquía europea ha visto nunca que se publiquen fotos del monarca cuándo era jefe de Estado humillando a la reina y metiéndose en la cama con una vedette en un chalet que pagaban los Servicios secretos. La vergüenza es de alcance mundial. La Corona española haciendo el ridículo mientras la reina Sofía ha hecho lo de siempre, reaparecer casando a su sobrina en Grecia poniendo su cara de no enterarse de nada. Si la monarquía es imagen cada vez es más patética. La tragedia griega es también un vodevil gallego. En la Academia Naval de Marín, Juan Carlos exigió verse con Leonor y se lo concedieron a cambio de cancelar la publicación de su libro de memorias. Felipe y Letizia han sacrificado la imagen de Leonor reunida con el corrupto emérito y para salvar la papeleta han salido a comer con la princesaa  Villagarcía de Arousa avisando a toda la prensa. Ni el uniforme blanco de la Marina puede limpiar la mancha de Juan Carlos con la nieta.

92a47310121823b7b86fc9b5e85095a723e106b5w
Leonor con los reyes en Villagarcía de Arousa, EFE

En las fotos hay muchas cosas que chirrían: ¿dónde está Juan Carlos? Porque si Zarzuela autoriza un encuentro entre el abuelo y la nieta e informa a los medios tendría que ser con fotos, con una escenificación total que la Corona, el rey y la princesa, perdonan las infidelidades y delitos del emérito. Hay otro detalle de Leonor que empieza a ser molesto, inapropiado y poco constitucional: la princesa aparece en actos fuera de servicio disfrazada de uniforme. La señal que quieren enviar es de una princesa militarizada, formal, marcial y alejada de las frivolidades del resto de los Borbones. El problema es que el jefe del Estado es un título civil y muy superior al de miembro de las fuerzas armadas. Según la normativa del Ejército"Los miembros de las Fuerzas Armadas que estén fuera de servicio (y en tierra), como por la noche y los fines de semana, o durante licencias o tiempo libre, pueden usar ropa de civil. El uniforme se evitará en desplazamientos fuera de recintos militares". Leonor sale de la Academia de Marín a comer a otro municipio con su padre, que es el jefe supremo de los Ejércitos y va vestido de vermú de domingo y Letizia con vaqueros. Leonor en este contexto parece disfrazada. La pifia es monumental.

6b97e0d1eb5dcf4235d40c0882f0ec1ab58a2058w
Leonor disfrazada y el jefe de las FF.AA. de domingo, EFE

Para aumentar el despropósito del fin de semana real, Telecinco afirma que tiene contacto directo con Juan Carlos y que el emérito ha filtrado en Entrambasaguas, un tertuliano de Fiesta, el programa de los sábados de Ana Rosa Quintana, una de las muchas frases que se intercambiaron el viernes noche Juan Carlos y Leonor: "El emérito le dijo a la princesa: "Nunca te olvides por qué estás aquí". Es una frase corta, un guiño a todo lo que la princesa tiene por delante. Más que un consejo de abuelo a nieta es un consejo de ex rey a futura reina. Le viene a decir 'no te olvides que estás en una etapa de formación, de la institución a la que representas y los retos a los que te enfrentas' y también es una autocrítica que le viene a decir 'no cometas algunos de los errores que he cometido yo o que, al menos, los errores que cometas, no empañen lo que haces". Ningún analista serio da credibilidad al tertuliano de Ana Rosa. Todo el mundo sabe que Juan Carlos no solo no es consciente del mal que ha hecho sino que se cree víctima de una injusticia.

Juan Carlos sonriente en Sanxenxo tras lo de Bárbara Rey, EFE
Juan Carlos satisfecho en Sanxenxo en pleno escándalo de Bárbara Rey, EFE

Uno de los cronistas más próximos a la Corona, José Antonio Zarzalejos, lo dejó dicho en una entrevista a EN Blau: "Juan Carlos tiene una especie de demencia senil, hablo de incapacidad cognitiva. A su edad provecta 86 años padece lapsus de memoria, más mediata que inmediata, y tiene mala relación con la realidad. Le impide hacer autoevaluaciones de sus conductas. Juan Carlos no tiene percepción que las conductas, que llevan a su expatriación eran inaceptables e inapropiadas. Él se victimiza y se sitúa en una burbuja. No termina de entender qué le pasa".  Leonor tampoco acaba de entender el papelón que le están haciendo hacer para blanquearlo todo. No hay suficiente blanco en el uniforme de la Marina para tapar tanta porquería.