La resaca de la jura de bandera de la princesa Leonor sigue sudando restos de la fiesta. El clima de entusiasmo de los monárquicos es máximo, la heredera lo ha hecho de coña, es la mejor, lo más. Sin embargo, hay grietas en este bloque. Ha sido una semana intensa, pero también convulsa para la Casa Real y sus representantes. Especialmente para Felipe VI, a quien le silban los oídos desde el momento que designó a Pedro Sánchez para la investidura. Son las críticas, insultos, reproches y roturas de carnés borbónicos de los españoles mucho españoles, que le llaman de traidor para arriba porque Junts, Puigdemont, la amnistía y el coco catalán. El alboroto del gallinero quedó amortiguado gracias a la jura (de toque franquista, pero sobre todo predemocrático y excluyente) de Leonor, una tregua de unas horas de duración que, otra vez, ha quedado rota. Vuelve la movida.
Mientras que en Barcelona hemos visto pancartas contra el rey de España firmadas por los asistentes a la fracasada protesta unionista, en la Zaragoza de PP y VOX también se oyen voces contra su hija, la gran protagonista de la jornada anterior. Hay un gesto que no les ha gustado un pelo y no pueden pasar por alto. Ciudadanos, feligreses e incluso algunos compañeros de armas de la dama-cadete están decepcionados con la Borbón por lo que hizo durante la ofrenda en la Virgen del Pilar, patrona de la ciudad, de la hispanidad, de los soldados y de los guardias civiles. Que la niña es como su madre, igualita, cuchicheaban militares y devotos de la Pilarica.
¿Qué no les gustó? ¿Quizás la princesa ha heredado costumbres autoritarias de su santa madre? ¿Algo relacionado con la vanidad? ¿Una mala contestación? Ay, qué nervios. Pues no: resulta que el reproche completo es este: "Es laica como la reina Letizia". El digital Monarquía Confidencial asegura a través de fuentes próximas a la Academia General Militar que "alguna crítica se pudo oír, algún ciudadano y compañero de la primogénita de Felipe VI no dio su visto bueno a la actitud de la princesa cuando solo se inclinó, pero no se santiguó ante la Virgen del Pilar". Leonor se quitó la boina, otros la careta. La princesa no es de los suyos. Ha sucumbido a la mamá.
No piensen que decimos esto por casualidad, es que Leonor está viviendo lo mismo que le pasó a Letizia hace 5 años, cuando presidieron un multicentenario en Asturias dedicado a la Virgen de Covadonga. Un programa que incluía el aniversario de la coronación canónica, el del Parque Nacional que rodea la zona y los 1.300 años del origen del Principado. Fueron acompañadas de las niñas, con la mayor que tenía 12 años. Obviamente se celebró una misa solemne en la Basílica en honor en la Verge. Los 4 miembros de la Familia Real accedían al interior y 3 de ellos cumplían con la tradición católica de persignarse. Felipe, Leonor y Sofía. La madre, Letizia, no. No tardaron en recordar aquello de que la consorte era "roja, laica y republicana". Que no era de fiar. Pues mira: ahora Leonor también ha dejado de hacerlo, quizás en el peor momento.
Empieza el runrún. Nunca quedan satisfechos.