La relación de la reina Letizia con la mayoría de su familia política siempre fue complicada, por no decir terrible. Desde el principio, los reyes eméritos Juan Carlos I y Sofía la miraron con desconfianza cuando llegó a Zarzuela. Nunca aceptaron que su hijo se casara con la hija de un taxista divorciada. Ya habían alejado a otras novias de Felipe, como Eva Sannum o Isabel Sartorius, porque no cumplían con las expectativas de Juan Carlos.
Precisamente Juan Carlos I fue quien más sufrió el impacto de Letizia. Sus escándalos de corrupción, cacerías ilegales y otros asuntos mancharon la reputación de la monarquía, algo que preocupaba mucho a Letizia, ya que veía en peligro el futuro reinado de la princesa Leonor. Incluso se posicionó a favor de su abdicación, su exilio a Abu Dabi y su desaparición de la escena pública.
La reina Letizia señala a los Borbones
Pero la mala relación de Letizia no termina con sus suegros. Tampoco congenió mucho con sus cuñadas. Con la infanta Elena y Jaime de Marichalar nunca hubo una conexión. Aunque al principio se llevaba bien con la infanta Cristina y su esposo, Iñaki Urdangarin, el caso Nóos fracturó esa armonía. Letizia presionó para distanciarlos de la familia real, ya que dañaban la imagen de la monarquía y ponían en riesgo el futuro reinado de la princesa Leonor.
Esta animadversión hacia Elena y Cristina también afectó a sus hijos. Victoria Federica y Froilán no tienen relación con sus tíos, según reveló una amiga de Froilán. Felipe y Letizia nunca estuvieron de acuerdo con el comportamiento de ambos ni con la forma en que Elena y Jaime los educaban y siempre, sobre todo Letizia, les han querido lejos de sus hijas. Se rumorea que Letizia fue quien influyó en que Froilán terminara en Abu Dabi.
La reina Letizia prueba su propia medicina
Ahora, sin embargo, los papeles han cambiado. Las revelaciones de Jaime del Burgo han dejado a Letizia como la mala de la película. La adúltera de España. Tanto es así que ahora es Leonor, a la que han visto llorando más de una vez en la Academia Militar de Zaragoza por todo este asunto y por el distanciamiento de sus padres, la que está recibiendo recomendaciones de que se aleje de su madre desde los altos cargos de Zarzuela. No quieren la influencia de Letizia sobre Leonor por su mala imagen. La consorte ya no interesa, y cuanto más lejos de la madre y más cerca del padre, Felipe VI, mejor.
Desde Zarzuela pretenden enfocar el futuro de la corona exclusivamente en Leonor, mientras quieren pintar ahora a Letizia como el pasado, está liquidada. No solo eso. Revistas de papel cuché se centran ahora en Leonor. Letizia, habitual en las portadas durante años, ha desaparecido. Ahora la protagonista es Leonor, de quien ensalzan valores como compromiso, perseverancia, compañerismo, honestidad y lealtad. Es decir, todo lo que ha perdido Letizia.