La princesa Leonor va camino de emanciparse. No en el sentido literal sino simbólico. En verano se va a vivir a Gales donde cumplirá 16 años en octubre, alejada de la controladora Letizia. España asistió hace pocos días a su primer acto oficial en solitario y fue una decepción. Por la forma: vestida de niña, encorvada y hablando pijo. Y por el contenido, alejado de los intereses generacionales de adolescente: menores con problemas, lucha LGTBI, causas benéficas o cambio climático. Nada. Una ceremonia en el Instituto Cervantes que podría haber presidido su abuela octogenaria Sofía.

Leonor en el Cervantes, GTRES

La chica, que ya no es ninguna niña, va camino de los simbólicos dieciséis años, edad previa a la mayoría de edad. Ya puede hacer muchas cosas: puede firmar un contrato de trabajo, casarse, conducir ciertas motos, consentir hacerse una operación quirúrgica o tener relaciones sexuales con adultos. Es una edad simbólica, en Derecho y en la vida. Pero Letizia se resiste. Que tome ejemplo de otra princesa europea, Leah Isadora de Noruega, que acaba de cumplir 16 años. Es la segunda hija de la primogénita de los reyes de Noruega, Marta Luísa. Aparece en el extremo izquierdo de la foto familiar en el funeral de su padre, el escritor Ari Behn:

Leah, (primera por la izquierda) en el funeral de su padre, GTRES

Su look está en las antípodas de la siempre lánguida e infantilizada Leonor. No se explica cómo en Zarzuela visten a una adolescente de 15-16 años como una muñeca, mientras en Noruega una heredera al trono en la linea sucesoria y de su misma edad va vestida normal.

LEAH ISADORA DE NORUEGA:

Leonor y Leha, misma edad, Instagram

Leah Isadora de Noruega se maquilla, se peina con moñitots, lleva vaqueros y un top negro cruzado, con camiseta de tirantes o una foto en la playa con la marca del bikini. Leonor nunca nada de eso. Y tienen la misma edad. Leonor va de pepona, Leah de persona.