La princesa Leonor apura los últimos meses de libertad en Gales mientras observa los negros nubarrones que se acercan de manera inexorable. Se ha acabado la fiesta, la niñez, la inocencia y el dolce far niente. El 31 de octubre cumplirá 18 años, que en su caso significará mucho más que poder tomar una copa con las amigas o sacarse el carnet de conducir. Su futuro ya está escrito, "será lo que debe ser", como recordó su madre en público. Otra cosa es el camino hacia esta meta, de momento la adolescente ni pincha ni corta. Los que mandan son otros, papi y mami.
La maquinaria para modelar a la futura monarca se está poniendo en marcha. Lo tenían muy claro con la cuestión de su formación militar, y Leonor ingresará en agosto en la Academia General del Ejército de Tierra en Zaragoza. Será el primero de los destinos castrenses de la joven, después tocará la armada y las fuerzas aéreas. Ahora bien, lo que provoca más dudas es otro trámite de enorme simbolismo: la jura de la constitución. La fecha está causando muchos dolores de cabeza, pero Felipe podría haber encontrado la solución: la que más le favorece a él mismo.
La jura de la constitución de Leonor roba el sueño a la derecha españolista
Leonor es una marioneta en manos de su padre, según el digital de derecha españolista Vozpopuli. Bueno, no solo del padre, también del PP, de VOX y compañía. La fecha del juramento solemne es un arma arrojadiza contra el gobierno de Pedro Sánchez. Lo quieren echar por lo civil, lo criminal o lo cómico, como la opereta de la moción de censura con Ramón Tamames. Adelantar las elecciones es cuestión de vida o muerte, no quieren llegar a final de año o principios de 2024, como está previsto. La desesperación se multiplica porque de momento no hay cita oficial con las urnas. Así pues desbarran y conspiran, como la película que se han montado con Leonor: como cumple años el 31 de octubre "posiblemente se hayan disuelto las Cortes". No podría realizar el juramento en el plenario y no saben si se podría hacer con la Diputación permanente. Un problema que resuelven así: mejor que sea pasadas las elecciones con un presunto nuevo presidente como el pepero Feijóo y ministros de ultraderecha haciendo de coral celestial, sin republicanos ni desafectos. Una fiesta patriótica en la que la heredera es la estrella manipulada del circo.
Felipe VI podría manipular a Leonor, una marioneta real
Que Pedro Sánchez se deje birlar una oportunidad como esta parece una utopía, pero mientras tanto, leña al mono. Y apuntan a otro que se sumaría a la fiesta, el rey Felipe. En su caso, más que motivaciones políticas, argumentan intereses personales. El autobombo. Felipe sí hizo el juramento el mismo día que llegó a la mayoría de edad, un 30 de enero. Y ahora quiere que la niña copie su hoja de ruta, que sea un clon. Tiene un bonito reclamo publicitario entre manos, presentarse como un maestro inmaculado y un sabio de la monarquía. Ideal para todos menos para la afectada, a la que no dejarán nunca elegir su camino... hasta que no sea reina. Ordeno y mando. El machismo se cuela por las grietas de Zarzuela. Una vez más.
Ojalá que la joven se destape como respondona, ganaría muchos adeptos. Incluso entre los antimonárquicos. Pero sí, ya lo sabemos: no pasará. Seguiremos soñando.