No hace ni una semana completa que la princesa Leonor es ahora la dama-cadete Borbón Ortiz en la Academia General del Ejército de Zaragoza. La hija de Felipe y Letizia hará una mili de 3 años a la fuerza, aunque evidentemente tendrá privilegios. Incluso un helicóptero para volver a casa cuando convenga, el famoso Súper Puma. No lo ha utilizado durante su primer fin de semana castrense, todavía no echa de menos su cama. Ahora bien, ha tardado poco y menos en salir del cuartel a tomar el aire y adaptarse a los usos y costumbres de la tropa. ¿Por ejemplo? Ir a un bar barato, El Tuno.
A ver, que nos conocemos. Que no decimos que por "barato" el mencionado local sea una porquería. No va por el papel pintado con libros o su colección de sillas random, no. Decimos barato porque su dueño presume de precios económicos y atractivos dirigidos a universitarios, aficionados al fútbol y militares. Su ubicación es clave, y 'El Tuno' cubre la demanda de los clientes de la zona. Tiene 33 años de vida y disfruta de buena salud, y con la visita de la heredera en el trono está viviendo un minuto de gloria mediática que, seguramente, acabará plasmada en pequeños cuadros con recortes de prensa decorando las paredes. Los clásicos son así.
La princesa abandona la Academia y pasa la tarde en un bar barato
Leonor se presentó en el local dispuesta a merendar con sus nuevos colegas, vestida con camisa rosa, pantalones negros y gafas de sol. También acompañada de su escolta, que se sentó en una mesa contigua. El grupo de jóvenes reclutas arrasaron la oferta del local, gastándose entre todos 170 euros. Eran cerca de 25 jóvenes, imaginen si es barato o no. Llama la atención que solo bebieron agua y refrescos, el dueño no habla de cervecitas. En todo caso, hacían falta líquidos para tragarse un festival de tapas tradicionales y comida rápida, cosa que hará temblar a Letizia. Ya no es que en la Academia no respeten sus exigencias alimentarias, es que su misma hija se la salta a la torera. Se ha puesto las botas.
Burgers, bravas, pizzas... Letizia ha perdido a Leonor
Antes de salir por la puerta del local y volver a la Academia a las 21:30, porque había recuento, apunten el festín: patatas bravas, pizzas, bocadillos, hamburguesas y huevos estrellados. Ni una brizna de lechuga ni para decorar el plato, a por todas. Un ultraje a las dietas de mamá, el segundo en muy poco tiempo. La está perdiendo en todos los sentidos. Entre eso y los torreznos de Soria del menú de la cantina, ya podemos decir definitivamente que el sueño de una princesa healthy queda aparcado, cuando menos, durante los próximos tres años. Los militares no están por tonterías, claro. En Informalia explican todo esto y ofrecen una imagen de Leonor en el local, encuentrada en redes sociales.
La tuna es la pesadilla de muchos ciudadanos. El Tuno, el de Letizia.