Hace ya un mes y medio que la princesa Leonor ingresó en la Academia Militar de Zaragoza. La hija del rey Felipe VI y la reina Letizia empezó su formación militar el pasado 17 de agosto. Desde entonces ha estado superando el periodo de adaptación, mientras que el pasado 19 de septiembre recibió el sable oficial que le permite obtener el título de dama cadete.
El próximo paso importante de la futura reina en la Academia Militar será el próximo 7 de octubre, día en el que le toca jurar la bandera. MIentras que el próximo 31 de octubre hará otro juramento, en este caso el de la Constitución Española. Ese día, ademas, cumplirá 18 años.
La princesa Leonor sigue quemando etapas en la Academia Militar
Cabe decir que esta primera etapa de la formación militar durará hasta el próximo mes de julio. Entonces será nombrada Dama Alférez Cadete. Tras ello, en los dos cursos posteriores, Leonor formará parte del Ejército del mar, en Pontevedra, y del Ejército del Aire, en Murcia.
Mientras tanto, según fuentes cercanas a la Academia de Zaragoza, la princesa Leonor ha tenido un proceso de adaptación muy plácido. No ha tardado en coger confianza con sus compañeros y compañeras. Y aunque por razones obvias no puede ser una más, pues el trato hacia ella siempre será algo especial, ha logrado que su condición influya demasiado en el día a día.
Mote denigrante para la princesa Leonor
Solo la forma en como la llaman recuerda a los presentes que están ante la futura reina de España. Y es que como a todos los soldados y aspirantes, la llaman por el apellido: Borbón. Aunque en su identificación luzca sus dos apellidos, el de Felipe y el de Letizia, solo se usa su primer apellido para referirse a ella.
Pero al margen de cómo la llaman cuando la tienen delante, algunos alumnos se han dedicado a buscarle un mote. Y han encontrado uno que solo mencionan en petit comité al ser bastante machista. Algunos la llaman ‘Bombón’. Un apodo que, pese a tener relación con su belleza física, es muy denigrante para la futura reina y para la mujer. Como decíamos, lo reservan para círculos privados, pues podría suponer una dura sanción si alguien se deja ver pronunciándolo.