Leonor no está consiguiendo en Zaragoza lo que pudo hacer en Gales: pasar desapercibida. En la ciudad de la costa atlántica británica era una más de los millares de alumnos del Atlantic College, e incluso sus rasgos nórdicos, rubia de ojos azules, evitaban que fuera identificada como la princesa española en los pubs locales. Si se emborrachó, no lo sabemos. En cambio, en la capital aragonesa no puede dar un paso sin ser reconocida. Y la joven de 18 años hace vida fuera del cuartel. El Ministerio de Defensa facilita fotos del interior de la Academia Militar y son para echarse a correr. Un vistazo a los lavabos o en la zona de estudio:
Leonor siempre que puede sale del edificio para ir a tomar alguna cosa con el resto de cadetes y los bares del entorno de la Academia hablan con la prensa. El rumor que recorre Zaragoza es que la princesa es tacaña. Hace pocos días se supo que por sus 18 años hicieron una celebración en un restaurante y Leonor no solo no invitó a nada, ni a la bebida, sino que a la hora de pagar a medias la hija de Felipe dejó una propina de 70 céntimos de euro. Hay que recordar que su abuelo acumula una fortuna en paraísos fiscales de 1800 millones y que, a pesar de lo que diga Felipe, Leonor no ha renunciado a la herencia multimillonaria que le tocará de su abuelo. No puede renunciar hasta que Juan Carlos muera. Hoy día, Leonor es la heredera de una fortuna multimillonaria. Pero deja propinas de 0,70. Ahora hay más datos. Va al bar El Tuno.
Según Woman: "Situado en la zona universitaria, fue el lugar de encuentro de los cadetes. Alrededor de las 20:00 horas se pudo ver a la princesa Leonor con sus compañeros disfrutando de una merienda compuesta por pizzas, hamburguesas, bocadillos y huevos rotos que pagaron entre todos.Este bar situado en la esquina de las calles de Pedro Cerbuna y de Andrés Giménez Soler posee una de las terrazas más cotizadas de Zaragoza entre los jóvenes ya que en ella se sirven raciones baratas perfectas para compartir. Toda una institución que lleva más de 35 años con Isidro Francés Ruiz al frente y que cuenta con mucha clientela fiel a la que parece haberse sumado la princea Leonor".
Raciones baratas. Eso es lo que se zampa la princesa. Después de engordarse con la pésima alimentación galesa ahora compensa el mucho ejercicio físico de la formación militar comiendo croquetas baratas y cada uno se paga lo suyo. La austeridad de unos lavabos colectivos, de unos compañeros de promoción de clase media-baja y de una heredera pija y rica que no quiere aparentar, o que no tiene dinero de bolsillo. Pero le esperan 1800 millones.