Leonor sabe que será la próxima reina de España. Ha recibido una gran aceptación por parte de la ciudadanía y ha desatado la ‘Leonormanía’. Parece que la continuación de la corona está prácticamente garantizada. La princesa se está preparando para ese fin con la formación obligatoria para cualquier Jefe de Estado. Ya pasado por ella Juan Carlos I y Felipe VI, y ahora es su turno. Se desconoce si finalmente la infanta Sofía también la realizará para adquirir mayor disciplina y estar preparada por cualquier imprevisto.

Ahora mismo Leonor se encuentra en el segundo año de formación militar, en esta ocasión con la Armada. Se han adaptado los cursos para que pueda pasar por los tres ejércitos en tres años. Pasó unos meses de preparación en la Escuela Naval de Marín para zarpar el pasado 11 de enero a bordo del buque escuela Juan Sebastián Elcano. Lleva dos meses de travesía y se le está haciendo cuesta arriba.
A diferencia de sus compañeros, Leonor no se ha preparado años antes para esta aventura. Ella se ha unido a los guardiamarinas de tercero. Por ello, los primeros días sufrió fuertes mareos y vómitos que la mantuvieron alejada de las clases. Tuvo que confinarse en su camarote, y terminó visitando al personal médico a bordo para que le recetasen biodramina. En Uruguay se le observaron algunos moretones por los brazos, es fruto de las guardias que ha realizado en cubierta con mala mar. El oleaje la golpeó.
Leonor ha tenido serios problemas al cruzar el Estrecho de Magallanes
La princesa pensaba que todos los males ya habían pasado, pero esta travesía le va a deparar más de una sorpresa. Sin ir más lejos, Leonor ha cruzado el Estrecho de Magalles, una de las zonas más peligrosas de la travesía. Se juntan dos mares provocando bruscas corrientes. El movimiento del barco era incesante. Olas de cinco metros que golpeaban fuertemente la embarcación, que a pesar de sus grandes magnitudes se tambaleaba. Pusieron a los alumnos a cubierta en la sala común con los chalecos salvavidas. Todo estaba preparado por si pasaba algo de extrema gravedad, sabían que era un momento peliagudo pero salieron ilesos y con éxito, incluso llegaron a su destino dos días antes.
Lógicamente esta situación ha provocado mucho malestar entre los guardiamarinas, Leonor volvió a sentirse mareada y descansó todo el día en la embarcación. No estaba para muchas salidas. Sufrió mareos y vómitos. Por suerte con la biodramina la situación está mucho más controlada. Felipe VI y Letizia la llamaron cuando atracaron.
