La princesa Leonor está a punto de jurar bandera en la Academia General del Ejército de Zaragoza. El acto solemne supone la gran primera puesta en escena pública desde que empezara su formación militar. El programa empezaba a las 19:00 h del viernes con la tradicional ofrenda a la Virgen del Pilar, patrona de la capital de Aragón, de la hispanidad y protectora de soldados y guardias civiles. La hija de Felipe y Letizia, a pesar de la cantinela de "es una más", era el centro de atención. Fue la primera entrando a la plaza, encabezando a su batallón, y la primera que presentaba sus respetos a la figura religiosa. La primera en todo, y después los 600 restantes. Igual pasará en la famosa jura, retransmitida desde las 11:35 h de la mañana por La 1 y que será presidida por sus padres: primero va ella y ya más tarde, la tropa. Hay imágenes que lo explican muy bien, como esta que ilustra el texto. Leonor va a contracorriente.

Poner Leonor en esta tesitura ha hecho aflorar los nervios de la princesa. Sus gestos la delatan. Vimos muchas risas, quizás incluso demasiadas. Una cosa es la felicidad, impostada o no; pero cuando rompes la solemnidad con una sonrisa de oreja a oreja constante, es que algo pasa. O Letizia se ha pasado con el adiestramiento de 'cara de joker', o la joven activaba este mecanismo de defensa para hacer la experiencia más cómoda. Podría ser que su buen humor exagerado respondiera a un pequeño incidente mientras caminaba al llegar a la plaza. Tuvo que pegar un toque a una compañera con el brazo, poniendo orden o evitando un accidente. Tendríamos que llamar al VAR, ¿falta o sigan, sigan?

Leonor y el empujón a una compañera / EFE

La 'víctima' del empujón era otra dama-cadete de la que no se alejó ni un momento. Las confidencias entre ellas fueron habituales, también la fuente de muchas de estas estampas de Leonor enseñando la dentadura, provista de sus inseparables bracketts. Quizás seguían comentando la jugada, 'por poco la lías'. La amistad con esta joven se está fortaleciendo, se sentaron juntas durante la primera salida de fin de semana de la Academia a un bar barato de bravas, bocadillos contundentes y cañas. Seguro que en la próxima quedada la anécdota vuelve a ponerse sobre la mesa.

Leonor río / EFE

Una vez acabada la ceremonia, breve en esencia y solo alargada por los discursos protocolarios del arzobispo y del miembro más antiguo de la promoción castrense, la comitiva salió de la plaza para, en teoría, volver al cuartel. A descansar bien para estar a punto para la complicadísima operación de besar la enseña nacional. Había otra opción; quedarse unas horas por la ciudad, en plena semana grande por la festividad del Pilar. Soltarse un poco, pero para no repetir experiencias paternas anteriores, mejor tomar el autocar y encerrarse en La General. No es un día para montar escándalos. Ya habrá tiempo más adelante.

Leonor con la Virgen del Pilar / EFE