La princesa Leonor ya ha acabado su primer año en la academia militar de Zaragoza, donde ha hecho dos cursos en el tiempo de uno, y ahora dará el salto a la marina, en Pontevedra. Antes, sin embargo, disfrutará de unos días de vacaciones, muchos de ellos, en compañía de los cadetes y compañeros de barracón que ha tenido este año en tierras aragonesas, con los que ha hecho mucha piña. De momento, ya se la ha visto en los autos de choque en las fiestas de Jaca y dentro de unos días se irá a la playita, al Cabo de Palos, en Cartagena. La verdad es que la experiencia marcial de la princesa ha sido satisfactoria, sobre todo, porque se ha hablado tanto de las maniobras y ejercicios durante el día como de las maniobras durante las noches zaragozanas, donde se la ha visto de fiesta en muchos locales muchos fines de semana.
Quizás tanta fiesta le ha pasado factura en más de una ocasión. Hace dos días les explicábamos que no es oro todo lo que reluce en torno a la heredera y que aunque desde Zarzuela nos han querido vender la moto de que su comportamiento ha sido ejemplar, alguna vez se ha quedado dormida en clase. “Alguna vez se duerme en clase, y sus calificaciones no han sido tan altas como se esperaban”, aseguran en Monarquía confidencial de fuentes próximas. "Según sus impresiones, a Leonor le pesa las obligaciones que le imponen su condición de princesa". Le pesan las obligaciones, y por lo visto, le pesan también las pocas horas de sueño y el fusil. Y es que ahora acaban de hacer público otro hecho que casa real mira de callar. Durante una marcha militar en el campo de San Gregorio, tuvieron que hacer ejercicios tácticos y nocturnos... Y el alférez que mandaba y pasaba lista para comprobar que estuvieran todos en su sitio, "vio que faltaba un alumno". ¿Quién?: bingo, Leonor: "apoyada en una piedra, fue sorprendida por su superior que le preguntó si todo iba bien, a lo que la heredera al trono respondió que se encontraba sobrepasada por la situación”.
Lo más lamentable de todo es que según ha podido saber el mencionado medio, de fuentes próximas a la academia, "el incidente no se elevó a los superiores, ni se elaboró un escrito para ‘amonestar’ a la dama cadete... Sin embargo, La Zarzuela dispone de información al respecto, a través de la tutora militar que acompaña en la academia a la princesa". Es decir, aunque no la amonestaron, probablemente por ser quien es, hay una garganta profunda que informa de todo en palacio, una escogida por Felipe para ayudar a Leonor... y pasarle información al padre. Se trata de la teniente coronel Margarita Pardo de Santayana. Con un expediente inmaculado y lleno de intervenciones por todo el mundo, de familia de militares, ha sido la encargada estos meses de informar en Palacio de los pasos de Leonor en la academia, "tanto buenos informes como no tan buenos".
La teniente supo de esta incidencia e informó a la Casa Real. Pero atención a lo que explican, por lo que se ve, eso de que vaya pasando el parte a los padres, no le gusta a la heredera: "no existe muy buena relación entre la teniente coronel y la primogénita del rey. Las razones, según apuntan las fuentes cercanas a la princesa de Asturias, son su ‘extrema’ necesidad de comunicar a sus padres cada paso que da en su día a día". También informó que en un encuentro con militares que llevan más años en la academia, en Segovia, "les preguntó sobre su experiencia en la Academia. Y le interesaba saber dónde salir de fiesta"... Más que donde salir de fiesta, lo que le interesaría a Leonor es saber cómo despistar a esta militar-niñera que informa de todo lo que hace para que no se chive a los padres.