La princesa Leonor de Borbón se enfrenta a uno de los mayores retos personales desde que comenzó su formación como futura Jefa de Estado. El pasado 11 de enero, la heredera al trono embarcó en el buque escuela Juan Sebastián Elcano, zarpando desde Cádiz, en una travesía que busca replicar la experiencia que vivieron su abuelo, Juan Carlos I, y su padre, Felipe VI. El viaje tiene una duración de seis meses en los que recorren 17.000 millas náuticas y visitan ocho países distintos.
Sin embargo, para Leonor esta experiencia está resultando mucho más complicada de lo esperado. Está resultando mucho más dura de lo que se había previsto. A pesar de su compromiso y esfuerzo por cumplir con su formación, Leonor se está viendo superada por las condiciones extremas del viaje, lo que ha llevado incluso a plantearse modificar algunas actividades previstas a bordo si su situación no mejora.
La princesa Leonor no logra adaptarse tras más de tres meses de travesía
A diferencia de sus compañeros de expedición, Leonor nunca había vivido a bordo de un barco. Su experiencia previa en navegación era limitada a contadas ocasiones en las que acompañó a su padre en el club náutico. Por eso, pasar semanas en alta mar, en un entorno tan exigente como el Elcano, ha sido un verdadero desafío físico y emocional para la princesa.
Desde los primeros días a bordo, Leonor empezó a experimentar mareos intensos y vómitos, síntomas típicos de la cinetosis, una dolencia frecuente entre quienes no están acostumbrados al movimiento constante de las embarcaciones. Estos malestares la obligaron a ausentarse de algunas clases y a permanecer largas horas en su camarote, tratando de descansar y recuperar fuerzas. Sin embargo, el malestar no ha remitido, y ha llegado a tener caídas que le han provocado hematomas visibles, además de problemas digestivos recurrentes.
Esta semana tuvo que ser atendida de nuevo
A lo largo del viaje, los altos mandos del buque han mostrado una especial preocupación por su estado. Le han estado administrando biodramina y han mantenido una vigilancia constante, conscientes de que su salud se ha convertido en una prioridad. A pesar de estos cuidados, en la madrugada del jueves al viernes, Leonor volvió a necesitar atención urgente.
Durante esa noche, el Juan Sebastián Elcano, actualmente rumbo a El Callao (Perú) tras sus escalas en Chile, atravesó una zona de fuertes temporales con el mar especialmente agitado. Las aguas revueltas agravaron el estado de la princesa, que tuvo que ser asistida de nuevo por los miembros de la tripulación debido a los intensos mareos y náuseas que sufrió durante horas.