La princesa Leonor lleva solo unos días en la escuela naval de Marín, en Pontevedra, iniciando su segundo año de formación militar después de su paso por Zaragoza. La heredera se las prometía muy felices y le había cogido el gusto a eso de disfrazarse de soldadito español e ir arriba y abajo haciendo prácticas con sus compañeros de promoción, pero la realidad le ha dado un portazo en las narices. Serio aviso que o las cosas cambian de manera radical o las pasará canutas. De hecho, ya han avisado fuentes de la escuela naval que "se tomarán medidas" para darle la vuelta a la tortilla.

¿Qué ha pasado? Que en tierras gallegas deben trabajar mucho más que en la academia militar de Zaragoza y la hija de Felipe y Letizia está sufriendo de lo lindo. Para hacer un paralelismo, es como el Barça, que la temporada pasada con Xavi en el banquillo, la condición física de los jugadores dejaba mucho que desear y ahora, con el alemán Hansi Flick de entrenador, les hace sudar la gota gorda. Pero claro está, si volvemos a Leonor, por mucho que la hagan correr, si no tiene las condiciones físicas óptimas y mínimamente exigidas, sufre como una mala cosa y no sigue el ritmo a sus compañeros. Preocupación en Marín al constatar que su guardamarina más ilustre no está preparada por los niveles de exigencia de la escuela. Según Monarquía Confidencial, "debe ponerse en forma física adecuada a las exigencias del centro. A los mandos de la academia les preocupa la baja forma física en que ha ingresado Leonor de Borbón".

De hecho, las palabras exactas son “No está en condiciones óptimas para seguir los entrenamientos estrictos a los que están acostumbrados aquí”. ¿Cuál ha sido el detonante para ver que Leonor las está pasando canutas? Unas competiciones deportivas entre brigadas donde los alumnos de su equipo demostraron que estaban en buena forma y quedaron primeros, celebrándolo con ellos la heredera, pero donde se vio que "Leonor no mostró una preparación física adecuada, tal como se comprobó en sus movimientos durante las pruebas". ¿Qué medidas tomarán?: "por medio de los estrictos entrenamientos que se desarrollan en la academia" y con un horario estricto, un no parar de ponerse a punto, desde que se levante a las siete menos cuarto de la mañana.

Aparte de los estudios en las aulas, una hora de gimnasia al día, más allá de las prácticas y ejercicios físicos, hasta que toquen las diez y media de la noche, cuando tendrán que ir a la cama a descansar y dormir las horas que tocan para coger fuerzas para el día siguiente. Ya lo sabe la princesa: si este año no quiere que se le haga largo, se tendrá que poner las pilas.