Leonor es la protagonista de todos los titulares. Los medios de comunicación están muy pendientes de su aventura a bordo del buque escuela Juan Sebastián Elcano, una de las más duras, pero también muy enriquecedora. La princesa continúa con su formación militar. Forma parte del programa de la Armada. Durante seis meses navegará por ocho países distintos. Ya lleva dos meses de travesía y la experiencia se le está haciendo demasiado cuesta arriba por varios aspectos.
A diferencia de sus compañeros, ella no estaba preparada para este reto. Los guardiamarinas llevan años con maniobras y saben manejar y convivir en un espacio tan reducido. Leonor no. De hecho, Letizia nunca quería que cogiese un barco porque le recordaba demasiado a los Borbón, apellido del que siempre la ha querido alejar. Por ello las primeras semanas de travesía han sido largas y complicadas, sufrió mareos y vómitos y tuvo que retirarse a su habitación saltándose algunas de las clases. También sufrió algunas caídas que son las culpables de los moretones que presentaba en sus brazos en las últimas apariciones. Aún así no se rinde y demuestra que será una buena futura reina de España.
Leonor sale de fiesta y los paparazzis intentan sacarle fotografías con su supuesto nuevo amor
La princesa llegó la semana pasada a Montevideo, su segunda parada internacional después de poner un pie en Brasil. En Uruguay se tomaron muchas más medidas con ella y con sus compañeros por lo que sucedió en San Salvador de Bahía, donde se relacionó a la hermana de Sofía con un compañero. Los escoltas deben evitar las fotografías para proteger la intimidad y la seguridad de la futura reina.
Ya en Brasil algunos de los guardiamarinas, ella incluida, recibieron una amonestación por su comportamiento. Aprovecharon que era la previa a los carnavales y salieron de fiesta en su día libre. Llegaron tarde y algo achispados. Provocó el enfadado de sus profesores.
En Montevideo ha pasado algo similar. Por la mañana ha hecho turismo y por la tarde salió con sus compañeros hasta bien entrada la noche, organizaron una pequeña fiesta. Los escoltas se vieron en la obligación de intervenir por la aparición de paparazzis y por personas que se agolpaban a ella para hacerle fotografías.
