En el año 2013, se desencadenaron una serie de eventos tanto públicos como privados en la corona española, eventos que actualmente estamos descubriendo. Existe la creencia de que la unión matrimonial de Felipe y Letizia experimentó una crisis evidente debido a la situación que atravesaba la monarquía española en ese periodo. En ese momento, la corona estaba enfrentando el caso Nóos, que afectó directamente a Iñaki Urdangarin y la infanta Cristina, junto con las controversias asociadas a Juan Carlos. La sociedad comenzó a distanciarse de la monarquía, poniendo en riesgo el reinado en su totalidad. En respuesta, se tomó la decisión de forzar la abdicación del rey emérito, marcando así una de las primeras humillaciones públicas.
A lo largo de la última década, Felipe y Letizia han trabajado incansablemente para distanciarse de los Borbón, que hasta ese momento eran considerados los "villanos". Eliminaron las responsabilidades de los familiares del rey y la asignación que recibían de los Presupuestos Generales del Estado. Tras ese episodio, evitaron aparecer públicamente juntos hasta los últimos meses, cuando fueron vistos compartiendo eventos familiares como los cumpleaños de Leonor, la reina Sofía o la infanta Elena. En especial, Letizia ha estado dedicada a separar a Leonor de la imagen asociada a los Borbón.
A pesar de la buena relación de Felipe con Juan Carlos y el resto de la familia, Leonor se ha distanciado del emérito, siendo la única en hacerlo. La princesa cuenta con la aprobación de la ciudadanía, augurando así un futuro reinado prometedor. Sin embargo, Leonor no solo se ha alejado de los Borbón, sino también de los Ortiz Rocasolano, especialmente de su madre. Una campaña de desprestigio hacia la reina, posiblemente orquestada por terceros, ha llevado a Letizia a distanciarse de su hija, a pesar del profundo dolor que esto le causa.
Leonor obedece todavía a Letizia, aunque ha perdido poder
La decisión de distanciar a Leonor de Letizia por parte de Zarzuela se tomó después de las polémicas declaraciones de Jaime del Burgo, que dejaron a la reina en una posición comprometedora. La describieron como una mujer infiel y adúltera, humillando por completo a Felipe. En las recientes apariciones públicas de la princesa, siempre se la asocia con su padre, estrechando los lazos Borbón más que nunca, para desgracia de la monarca. Curiosamente, parece que nadie está respaldando a Letizia para superar la mayor crisis de su historia, ni siquiera Felipe. A pesar de los esfuerzos de la Casa Real por construir la imagen de Leonor como la sucesora de los reyes, la situación ha generado la 'Leonormanía' en los últimos meses.
El pasado martes 27 de febrero los Borbón volvieron a reunirse en la misa homenaje a Constantino de Grecia que organizó la Casa Real británica, ya que el hermano de la reina Sofía había vivido muchos años en Londres tras su exilio. Todos los integrantes de la familia acudieron al acto, menos los nietos de Juan Carlos, el único fue Juan Urdangarin, ya que reside en la capital de Reino Unido. Leonor y Sofía una vez más fueron las grandes ausencias. Ni estuvieron en el funeral, ni en el acto de Atenas, ni en Londres. Letizia no quiere que a sus hijas se las vincule públicamente con los Borbón, cada vez están más alejadas de ese apellido. Y aunque a día de hoy Letizia ha perdido poder en la institución, la princesa sigue obedeciendo las órdenes de su madre aunque no son de su agrado.