Letizia es considerada por los medios internacionales como la reina más elegante de las monarquías europeas. Además, una de las más atractivas a sus 50 años. Aunque la reina no revela ningún aspecto privado de su vida, se sabe que le gusta cuidarse. Cuenta con los mejores profesionales de diferentes ámbitos, entrenadores personales, fisioterapeutas, nutricionistas o médicos estéticos. Para ella la salud es lo más importante. Por este motivo, cuida su alimentación, apuesta por los superalimentos y ha eliminado los ultraprocesados y las grasas. También realiza actividad física todos los días, siempre antes de un acto institucional. Se levanta muy temprano. Cuenta con un gimnasio en las instalaciones de Zarzuela totalmente equipado y un entrenador personal. Además, toma el sol con regularidad. También le gusta cuidar su piel, para ello acude a su centro estético de confianza de Madrid.
Antes de conocer a Felipe, Letizia ya empezó con los tratamientos estéticos de la mano de Carmen Navarro. Mantuvo esa fidelidad cuando se convirtió en princesa, y a día de hoy continúa confianza en ella, especialmente en su profesionalidad. Carmen siempre ha sido una persona muy discreta. Muchas clientas se percataron que la actual reina formaba parte de la lista de clientes VIPS. Se desplegaba un dispositivo de seguridad siempre que aparecía por el centro. Nadie la veía.
Carmen Navarro se encarga del cuidado de la piel de Letizia, Leonor y Sofía
Tiene un total de cinco centros en Madrid, pero también tiene otro en Sevilla y en Valencia. Aunque ha relegado funciones debido a la expansión de su negocio, siempre le gusta supervisar todo el trabajo. Por ello, pasa más tiempo en el AVE que en su casa.
Lo que más le gusta a Carmen es ser esteticista, una profesión que empezó cuando ya era madre de familia y no estaba muy bien visto en aquella época que la mujer trabajase. “A mis hijos no les gustaba que trabajara fuera de casa, a mis nietos en cambio les encanta lo que hago”.
Pero Letizia no es la única de la familia real que ha pasado por las manos de Carmen, también depila a Leonor y Sofía. Antes de marcharse a Zaragoza para realizar la formación militar, y en el caso de la infanta a Gales para estudiar el bachillerato internacional, pasaron por su centro para someterse a una depilación láser con técnicas novedosas, así como a realizarse una limpieza de cutis y unos masajes relajantes.