La princesa Leonor, heredera al trono de España, ha vivido una infancia y adolescencia marcadas por una realidad que ahora, siendo mayor de edad, empieza a cuestionar y procesar de manera distinta. Durante sus primeros años, una figura inesperada estuvo muy presente en su vida: Jaime del Burgo, un abogado cercano a la familia que ella llegó a percibir como un "segundo padre".
En aquella época, Leonor era muy pequeña y no comprendía por qué Del Burgo entraba y salía de Zarzuela con total normalidad. Para ella, su presencia era algo cotidiano, tan habitual como la de cualquier otro miembro del entorno familiar. Incluso lo llamaba “Tito”, un apelativo que no despertaba sospechas, pues Del Burgo mantenía una relación pública con Telma Ortiz, la hermana de Letizia. Sin embargo, su cercanía con la familia real iba mucho más allá de lo que podía parecer.
Jaime del Burgo era uno más en la Zarzuela
Con los años, han salido a la luz detalles sobre el estrecho vínculo entre Jaime del Burgo y Letizia, alimentando especulaciones sobre el verdadero estado del matrimonio entre los reyes. Según declaraciones de periodistas como Jaime Peñafiel o Maica Vasco, las afirmaciones de Del Burgo acerca de las infidelidades de la reina son ciertas, lo que refuerza la teoría de que la relación entre Felipe VI y Letizia ha sido, desde sus inicios, una unión más política que romántica. Incluso, Laura Rodríguez, una periodista latinoamericana, sostiene que el rey eligió a Letizia por ser una mujer ambiciosa que aceptó los términos de una relación basada en conveniencias mutuas.
Para Leonor, todo esto quedaba lejos de su comprensión cuando era niña. Su percepción de Del Burgo como una figura paterna surgió de situaciones cotidianas. El abogado no solo ayudaba a la familia con asuntos legales, sino que también compartía vacaciones con ellos y, en ocasiones, pernoctaba en Zarzuela.
Jaime del Burgo era tan cercano para Leonor como Felipe VI y Letizia
Esto llevó a la princesa a desarrollar una complicidad especial con él, al punto de comentar en su colegio que tenía “dos papás”. Su tutora, al notar este comentario recurrente, llegó a plantear la situación a los reyes, quienes evitaron dar explicaciones.
Fotografías de la época muestran a Leonor paseando de la mano de Del Burgo o sentada a su lado, reflejando una relación de confianza. Sin embargo, esta dinámica cambió drásticamente con el tiempo. A medida que la princesa crecía, la presencia de Del Burgo se fue diluyendo. Hoy en día, su vínculo con Leonor y su hermana Sofía es inexistente, a pesar de haber compartido momentos significativos durante su infancia. Su ‘segundo padre’ ha pasado a ser el enemigo público número 1 de la monarquía.