La ganadora ha sido la que tendría que ser jefa del Estado y de las Fuerzas Armadas: Elena de Borbón. La Constitución la discriminó por mujer, y su hermano pequeño es quien ha presidido el desfile militar del Día de la Hispanidad. Esta misoginia que el TC nunca ha declarado discriminatoria nos ha evitado que Elena presidiera con una bandera española enorme de fular y gafas y pulseras a juego: rojigualdas. Excesivo incluso para ella. A su lado, Victoria Federica exhibía la sobriedad que le faltaba a su madre.
En segundo lugar la presidenta de la Comunidad de Madrid. Cifuentes se ha hecho un bolso con la tribarrada española y sus iniciales bordadas, C.C., para envidia de la ministra Cospedal que, en un ambiente castrense, se ha hecho un moño de mujer soldado. Soraya ha hecho ver que trata a Catalunya con mano de hierro y guante de seda. Era la única que había escogido esta prenda que hará las delicias de los intérpretes de símbolos.
Los guantes no han sido los únicos complementos del estrado de autoridades. Las manoplas de la vicepresidenta no la protegían del frío porque lucía un sol despampanante. Tanto que los abanicos de la reina y la princesa más que abanicar servían de parasol.
La imagen de cada año son las niñas Borbón, princesa e infanta, mirando al cielo los aviones del ejército. Antes que uno de ellos se estrellase causando la muerte de su piloto, han tenido tiempo de hacer las piruetas en el aire de cada 12-O.
Como el rey va con uniforme militar, sólo las mujeres de la familia dan juego estético. Letícia lucía un traje chaqueta gris, falda a media pierna y zapatos de tacón negros. La heredera Leonor era a la que han vestido con más intención: con el rojo que identifica a España. La infanta Sofía ya conoce el peso de no ser futura reina: le han escogido un vestido menos llamativo y significado, de pequeños cuadros de coloretes.
Rajoy ya tiene bastante con el dossier Catalunya que se le empantana en el despacho como para escoger florituras. El registrador de la propiedad que lleva dentro ha pasado desapercibido con los tonos habituales azul marino. Ni una pequeña insignia en la solapa. Nada de nada. Muy Rajoy.Los más chuscos son como cada año los legionarios, a los que han acompañado unosunos soldados vestidos del Camino Español, el corredor de mil km. abierto por los Tercios entre Milán y los Países Bajos hace siglos. Pero el concurso de imágenes castrenses lo ganan unos niños con tricornio.
En Barcelona la manifestación ha sido menos freak. El redactor gráfico de El Nacional hay fotografiado a un ex de la familia real: el excuñado de la infanta Elena, Álvaro de Marichalar.
De la infata Elena sobrecargada a su excuñado en batín por el Paseo de Gracia con la bandera europea. Y una ausencia a considerar, al rey emérito Juan Carlos de quien se especula una recaída en su salud. Un 12-O que tardará en borrarse de nuestras retinas.