La estrofa de la canción es muy bonita y poética, pero no se ajusta a la realidad: aquello de '20 años no es nada', que cantan en 'Volver'. Hombre, o mujer, algunas cosas sí que han cambiado. Hace 20 años nadie se imaginaba muchas de las cosas que actualmente forman parte de la realidad cotidiana. Que sufriríamos una pandemia interminable, que Juan Carlos I huiría de España acorralado por sus escándalos, que una periodista y presentadora de TVE sería reina, y tantas cosas más. La vida de Letizia Ortiz ya no es ni la sombra de la que era hace dos décadas: de presentar informativos y ser la compañera predilecta del polémico Alfredo Urdaci en TVE a vivir en la Zarzuela. En aquella época, Ortiz era una estrella incipiente de la comunicación, provocando un calor interior decisivo en un espectador VIP: el príncipe Felipe. Sus crónicas le hacían perder el hilo de la conversación, víctima de un enamoramiento que impactaría a todo un país: el heredero de la Corona se casaría con una plebeya, divorciada y de la que decían era republicana.

Vete a saber, pero quizás un vídeo en concreto de la asturiana hizo que en Felipe pasara a la acción. Aquel con el que TVE animaba a la población a utilizar el euro, la nueva moneda de la Unión Europea y que enterraría la peseta para siempre. Letizia formó parte de aquella campaña informativa, explicándonos las bondades de la nueva divisa. Visto con perspectiva, la verdad es que de lo que nos explicaban a la realidad hay una distancia sideral. Pero esta es otra historia. Ahora bien, pasa lo mismo con la protagonista, que ha vivido una transformación descomunal a lo largo de estos 20 años. El Banco de España ha recuperado aquellas imágenes, en las que vemos a la actual reina en una actitud y ocupación que no tiene nada que ver con la de 2022.

Letizia Ortiz informando sobre la llegada del Euro en 2002 / Youtube

La institución económica no ha dudado ni un segundo en atribuir a Letizia parte del éxito de la implantación del euro gracias a los microespacios que presentaba a los espectadores. Sí, vaya, como si los 'españolitos' hubieran tenido otra alternativa. Curioso, como pasa con la monarquía. Pero vaya, que la adulación es la norma. Lo que resulta absolutamente irrefutable es comprobar cómo aquella periodista ha mutado en otra persona, tanto hablando de carácter como de imagen exterior. De hecho, a veces parece más joven (y con más mala leche) que en aquella época. Sí, será cosa del ejercicio que hace cada día, aunque también son evidentes los retoques estéticos a los que se ha sometido la madre de Leonor y Sofía. Se parecen como un huevo a una castaña. Exactamente igual que lo que se parecen el euro y la peseta, vaya.

La boda de Felipe y Letizia en 2004 / EFE

Felipe y Letizia discutiendo / GTRES

Letizia abandonó el periodismo al comprometerse con el heredero Felipe y ponerse la corona en la cabeza. Ella salió ganando, claro. No puede decir lo mismo el suegro Juan Carlos, que todavía hoy, desde Abu Dabi, la señala como la gran causante de su descenso a los infiernos. Ortiz era buena haciendo su trabajo en un plató de televisión y con un micrófono en las manos, pero eso de convertirse en la primera mujer del Estado tampoco lo ha hecho nada mal, cuando menos para los intereses de una institución caduca, medieval, inútil y manchada por todo tipo de sospechas y escándalos. Ella ha conseguido que el negocio aguante unos cuantos años más, y eso es mérito exclusivo de Ortiz y su forma de ser. Ahora bien, si su esfuerzo será suficiente no está nada claro. La deriva de la institución es gigantesca y reconducirla, una tarea titánica. Cada día lo tiene más negro.

Letizia domina la Casa Real con brazo de hierro / GTRES

Letizia con Alfredo Urdaci hace dos décadas / RTVE.es

Veremos si dentro de veinte años Letizia y compañía siguen en Zarzuela o, vete a saber, si ha tenido que pedir reincorporarse en su antiguo trabajo. Sería una bomba. La mejor, de hecho.