El rey Felipe, coincidiendo con que el viernes pasado, el 14 de febrero, era San Valentín, consideró que era una buena idea pasar de romanticismos y marcharse de Zarzuela, dejando sola a su mujer Letizia, e ir con los amigotes a pasar unos días a la nieve. El Borbón volvió a Catalunya para ir a esquiar a las pistas de Baqueira-Beret, donde suele ir, y a las noches, se puso como el quico de festín en festín. Según La Razón, a cenar al restaurante 'Tanau Sabor Gastrobar', un local conocido de la zona, de cocina casera. ¿Cómo iba vestido Felipe para la ocasión?: "un estilismo de lo más casual, conformado por unos vaqueros, una camisa de cuadros de franela y un chaleco acolchado de color verde oscuro". Cómodo para comer todo lo que comieron y que no le apretaran los pantalones a la hora de bajar por las pistas. Un Felipe que también visitó otro local, el Moët Winter Lounge, donde se sirve champán caro y todo tipo de lujos, caviar, jamón o bogavante. La única foto del rey fuera de pistas la ha colgado su acompañante, que es quien sirvió el jabugo a Felipe.
Quien también estaba allí fue la televisiva María Lapiedra, que en el videopodcast EN Blau VIP de Marc Leirado, ha revelado que coincidió con el monarca. Ella también quiso hacer una escapada para ir a la nieve con las hijas a pasar el fin de semana, ya que su marido, el fotoperiodista Gustavo González, tenía trabajo en Barcelona. Lapiedra aporta más datos del tour gastronómico-festivo de Felipe en la nieve: "Llegaron el viernes y fueron a cenar a un restaurante que se llama El Niu, después, el sábado, al Vermut. Los guardas reales fueron a desayunar a un lugar que se llama 'Tendenou'. El rey, mientras tanto, estaba esquiando con otros escoltas, seis, que esquían detrás de él. Esquía súper bien".
No tanto su mujer, una reina Letizia que no soporta ir a esquiar con su marido y los amigos de este. Una aversión que le viene de lejos. Es muy difícil verla en la nieve, iba más al principio de su relación, a hacer el paripé. De ella también ha hablado María Lapiedra para revelar un dato curioso sobre la asturiana, antes de mostrarla en público en la nieve con el Borbón. Para que intentara coger el ritmo de su marido, para que no desentonara a su lado con los esquís y las botas puestas, tuvo que hacer un training, un training peculiar. "Letizia no va nunca a esquiar, de hecho, cuando lo conoció, no esquiaba, y fue a unas pistas de esquí artificial en Madrid, Xanadú. La cerraban de noche para que ella pudiera esquiar y después hiciera la 'puesta en escena' en Baqueira-Beret, y después dijo 'aquí te quedas con tus amigos, yo no vuelvo a esquiar". Y añade Leirado que "hacía cerrar la pista a las 5 de la mañana para aprender a esquiar".