Letizia ha dado negativo de coronavirus pero ha cancelado su agenda oficial por miedo a infectarse. Durante semanas no hará actos públicos pero los fans de la reina podrán pasar el síndrome de abstinencia leyendo dos libros sobre ella. El primordial para entenderla es Adiós princesa, de David Rocasolano, el primo que destapó todos los secretos. El más cruel fue publicar el certificado médico de la interrupción voluntaria del embarazo de Letizia antes de conocer a Felipe. El segundo libro, el del argentino Leonardo Faccio, es Letizia la reina impaciente, e insiste sobre aquel aborto.
El nuevo libro, página 187, revela que la Conferencia Episcopal quería que una Letizia conversa al catolicismo fuera el mejor publirreportaje de la Iglesia. Escribe Faccio: "Para casarse con Felipe, Letizia debió ocultar la verdad. Le pidió a su primo que hiciera desaparecer los documentos de su embarazo interrumpido. Pero algunos pensaron que la futura reina era el modelo perfecto para representar a la monarquía y a una Iglesia desprestigiada". La tesis es que la conversión de Letizia era una perla para la Iglesia y su presencia de blanco en el Vaticano era un "auténtico spot publicitario para el catolicismo".
El libro insiste "Letizia nunca se comportó como una devota que se siente culpable. Su boda hizo pensar a miles de españoles que la Iglesia la había perdonado. El primo de la reina piensa que el arzobispo de Madrid casó a una futura reina que por aber abortado estaba excomulgada. Letizia podría haberse reconciliado con la moral religiosa confesando su aborto y esperar que la Iglesia la absolviese. Letizia prefirió no confiar".
El secreto ya no existe. Sólo queda un silencio en la prensa que no quiere removerlo. Cualquiera que escriba en Google las palabras "Letizia aborto" tendrá los detalles. Faccio acaba escribiendo que "Letizia respeta más a sus intuiciones que al temor a Dios". Ni Dios asusta a Letizia.