De la crisis matrimonial entre Felipe VI y la reina Letizia se habla desde 2013, coincidiendo con el estallido del caso Nóos. Entonces la consorte presionó para alejar a la infanta Cristina y a Iñaki Urdangarin de la familia real, argumentando que eran una amenaza para la imagen de la corona. Felipe VI, por su parte, sabía que Letizia tenía razón y cedió a las presiones. Les retiró el título de duques de Palma y los alejó de la familia. Pero no sin guardar cierto rencor a Letizia por su insistencia en fragmentar a la familia.
Una crisis matrimonial que se ha visto acentuada con el paso de los años, y que llegó a su punto máximo hace exactamente un año, cuando Jaime del Burgo hizo sus explosivas revelaciones acerca de presuntas infidelidades de Letizia al rey Felipe en reiteradas ocasiones a lo largo de los años.
La reina Letizia pierde poder en Zarzuela
Este bombazo cambió algunas dinámicas de Zarzuela. La reina Letizia iba perdiendo influencia mientras los altos cargos de la casa real la han ido relegando a un segundo plano bajo el temor de que pudiera perjudicar la imagen de la corona. En este contexto, las visitas de Paloma Rocasolano, Telma Ortiz y sus respectivas parejas, habituales mientras Letizia llevaba las riendas, se han visto limitadas. No es el único gesto que denota la pérdida de poder de Letizia. Algunos hijos de la infanta Cristina e Iñaki Urdangarin han estado viviendo en Zarzuela. Irene se instaló en palacio en septiembre de 2023, mientras que Miguel hizo lo propio a principios de este año. Juan, por su parte, también ha pasado los meses de verano en Zarzuela.
La reina Letizia se libra de los Urdangarin
Por suerte para Letizia, estos inquilinos incómodos que han estado viviendo a gastos pagados han ido abandonando el lugar. Irene se fue a estudiar a Londres. Juan regresó a Londres después del verano. Miguel, el último en abandonar Zarzuela, se ha instalado ahora entre Londres y Suiza. Este cambio marca el fin de una etapa en la que los Urdangarin parecían tener un lugar privilegiado en la residencia oficial, algo que para Letizia era insostenible.