En lZarzuela funcionan los cordones sanitarios. Una línea invisible pero infranqueable que separa a unos Borbones de otros. Está prohibido saltársela bajo pena de castigo y represalias, no se andan con chiquitas. La impulsora de esta división es la reina Letizia, que no quiere que la relacionen con una rama muy determinada de la familia de su marido Felipe. Ni a ella, ni especialmente a sus hijas, Leonor y Sofía. Su influencia puede ser demoledora para el futuro de la heredera de la Corona y de la infanta adolescente, hay riesgo de que se pierdan por el camino y de que todos los esfuerzos y las esperanzas depositadas en ellas quedaran en nada. Ya se pueden imaginar quiénes son los intocables: Froilán y Victoria Federica, los primos tarambanas. Mejor tenerlos lejos.

Una prueba significativa del abismo que separa a la Familia Real de los hijos de Elena de Borbón es la ausencia de fotografías conjuntas. Desde 2018 que no vemos ninguna instantánea en la que compartan espacio y tiempo. Ni tan sólo hubo ninguna imagen durante el funeral de Constantino II en Atenas, donde se reunió la totalidad de los Borbones para despedir al hermano de la yaya Sofía. Felipe y Letizia no se mezclaron con el resto de la comitiva, excepto un encuentro furtivo en el cementerio entre el hijo y el padre, con beso incluido. Pero ni Pipe ni Vic se acercaron a los reyes de España, un hecho comprensible teniendo en cuenta el huracán de escándalos de Felipe Juan Froilán de Todos los Antros. Si normalmente no tienen contacto, en estas circunstancias todavía menos. Que corra el aire.

La Familia Real en 2018 / GTRES
Froilán y Victoria Federica, lejos de Felipe y Letizia / Europa Press

La reina Letizia, lejos de Victoria Federica y Froilán

Letizia no siente una especial simpatía por sus sobrinos, aunque en el pasado, cuando eran niños y todavía no se habían destapado, sí que les hacía algunos mimos. Hay un sentimiento de amor y odio con esta pareja: la consorte no soporta a Elena, hermana de Felipe, pero la relación con Jaime Marichalar siempre fue afectuosa y cordial. Un motivo más que explica la aversión de la Borbón por la mujer de su hermano, a la que desprecia por plebeya y divorciada. Y la forma de criar a sus hijos tampoco ha ayudado a generar simpatía en el corazón de Letizia: han salido dos balas perdidas petulantes, hedonistas y sin oficio ni beneficio. A una de ellas la han tenido que enviar con su abuelo a Abu Dabi, y la otra... la otra vete a saber cómo acaba. Porque ni las mejores amigas de Victoria Federica pueden esconder la realidad: la Vic es una vaga.

Victoria Federica "trabajando" / Europa Press

La mejor amiga de la reina hunde a Vic: una gandula, "no trabaja"

Este mismo concepto es el que defiende de manera pública y televisada la mejor amiga de la reina: Sonsoles Ónega. La presentadora de Antena 3 coincidió con ella en CNN+, forjando una relación que todavía perdura. Ónega es la abogada del diablo de Letizia, siempre le salva la cara, incluso comparten fondo de armario. Y opinión, claro. Por eso que Sonsoles no se corte y diga en su programa que "Victoria Federica trabajar, trabajar, no trabaja" no es un pensamiento de cosecha propia, parece un concepto que comparte con su best friend royal. Es la segunda vez en una semana que le llaman gandula a la influencer, no parece una coincidencia. Esta vez hace bastante daño, porque había 1.200.000 personas viendo el programa.

Sonsoles Ónega y Letizia / GTRES
Sonsoles Ónega / Antena 3
Victoria Federica / GTRES

Dicen que han visto a Vic en el aeropuerto comprando billete para sumarse al exilio. Quizás en Abu Dabi pasa más desapercibida, allí la saga borbónica es famosa por no pegar un palo al agua. Y, sin embargo, los mantienen cuerpo de rey.