La reina Letizia tiene "mala pata". Especialmente durante las últimas semanas. Sus problemas en los pies, a causa de la obsesión por utilizar tacones extremos, provocaron que protagonizara una escena inédita durante la visita de estado a Holanda. El besamanos de la cena de gala ofrecida por los reyes Guillem y Máxima lo tuvo que hacer sentada en un taburete, a diferente altura del resto de royals. No podía soportar el dolor que le causa el neuroma de Morton y la metatarsalgia que sufre desde hace años, y tuvo que hacer intervenir al protocolo neerlandés para ordenar la situación. Como consecuencia directa, la esposa de Felipe VI ha abandonado los stilettos y similares, quedándose con calzado de tacón discreto y suave, infantil, cómodo y mucho más beneficioso para su salud. Y así continuará. Incluso "peor".

Letizia sentada en Holanda / EFE

El pasado fin de semana, en el que el matrimonio real y la princesa Leonor han sido los protagonistas de una nueva jura de bandera en la Academia General Militar, se ha producido una foto histórica. De momento, y hasta nueva orden, será la última instantánea de la consorte con zapatos de tacón. Ni los más viejos del lugar, vaya.

Felipe, Leonor y Letizia en la jura / EFE

Este lunes 6 de mayo Letizia ha reaparecido con un look chocante, nunca se ha visto públicamente en una situación como esta: con zapatillas. Es el calzado que ha lucido durante su asistencia al Teatro Real para un concierto del programa de actividades de los Premios princesa de Girona. Su entrada ha sido impactante, con deportivas de color blanco, coja de un pie y maquillaje extraño, demasiado oscuro, llena de brillos, poco cuidado. Hace unos días, en el Pabellón del Príncipe, residencia oficial de los reyes de España, la consorte pegaba un grito de dolor desesperado tras fracturarse la falange proximal de dedo central del pie derecho. Un golpe presuntamente fortuito contra una mesa de las dependencias reales rompía las ya maltrechas extremidades de Letizia. Casa Real ha ofrecido este informe médico, anunciando que durante las próximas semanas la veremos con calzado "ancho y plano para aliviar el dolor". La reina, con una mueca excesiva, explicaba que ha sido "una mala suerte. Pero esto se cura. No sabía lo que tenía hasta que me hice la radiografía". Claro, entendemos que no es traumatóloga. Ni tampoco adivina.

Letizia con zapatillas / GTRES

El accidente, como decíamos, fue hace unos días. Ha aguantado como ha podido durante la jura de bandera y la comida con Leonor, contraviniendo las recomendaciones médicas. Y la cosa ha empeorado, obligándola a escoger unas zapatillas para aparecer en público. Un mal presagio de cara al 20.º aniversario de bodas. No parecía, de primeras, la celebración más feliz, pero ahora apunta a una fecha dolorosa. Poco más de dos semanas son las que quedan para la gran cita, un tiempo no demasiado largo para acabar de curar la lesión. El remedio que le han aplicado es una venda, una "sindactilia terapéutica", en otras palabras una inmovilización del dedo fracturado con otro sano. "También debe aplicarse hielo y guardar descanso, si bien su voluntad es mantener su agenda de actos públicos". Ya sabemos, sin embargo, que hace meses que la reina no es la empleada del mes en Zarzuela, su agenda tiene más agujeros que un queso suizo. En todos estos actos, "incluso en oficiales o de gala", le tocará continuar con zapatos proscritos en su vestidor. Por lo tanto, la veremos caminar de manera rara durante un tiempo, como esta misma mañana. Un nuevo tropiezo para una Letizia que se tambalea. 

Boda de Felipe y Letizia / Casa Real