El viaje de los reyes de España a París para conmemorar el 11-M el Día Europeo de las Víctimas del Terrorismo ha acabado como empezó: con una pifia de Letizia. Ya al bajar del coche se hizo evidente que los zapatos de tacón tipos stiletto que escogió eran absurdos e inoportunos. La reina dio unos pasos tambaleándose, a punto de caer por el empedrado del Elíseo. Las cámaras estaban allí. La jornada la cerró con la Torre Eiffel de fondo. Las cámaras también estaban allí.
En el homenaje solemne donde no se podía saludar nadie tocándolo, los dos jefes de Estado, el rey y el presidente, siguieron a Brigitte Macron con el gesto de la mano a la barbilla y luego arriba. Letizia va tarde y mal como la empanada que no hace nada si no lo hace antes otra. Se observa en este vídeo:
Cuando Brigitte Macron acaba de saludar, Letizia está mirando la Torre Eiffel sin saber de qué va nada. El efecto dominó lo pone en marcha la mujer de Macron y acaba Letizia, mimetizándose en la primera dama francesa. Está dormida, mareada o tiene el coronavirus que le pasó Irene Montero.