Leonor ya no es princesa de Asturias y Girona. Desde este jueves el tratamiento que recibe en el Ejército es "dama cadete Borbón". No hace falta que la llamen princesa porque todo el mundo en la Academia Militar de Zaragoza está perfectamente advertido que con la cadete Borbón poca broma: ni una novatada, ni hacerle fotos con los móviles, ni filtraciones a la prensa ni un mal gesto o una mala palabra. Quieren vender que será un soldado más pero no. La futura reina no será arrestada por incumplimientos de normas absurdas ni sufrirá machismo de otros cadetes chicos. Pobres de ellos si osan. Leonor tendrá estos y otros privilegios, como estudiar el temario de dos años en uno. La adolescente sufre por otra razón: la decisión de ingresar en el Ejército no la ha tomado ella. Zarzuela ha querido repetir la experiencia del príncipe Felipe, que hizo de soldado. Pero en aquella época no había mujeres en el servicio militar y si la sucesora a la Corona hubiera sido la infanta Elena no habría pasado por el Ejército. Ha pesado más que Leonor como jefa de las Fuerzas Armadas necesitará la complicidad de los militares, que la consideren uno de los suyos. Para ella es evidente que estos 3 años en el Ejército son un mal trago. Ninguna chica de su clase social escoge voluntariamente trabajar de militar.
La foto del día era Leonor entrando en la Academia. No ha aparecido ni vestida de soldado ni con el nuevo corte de pelo. Eso se lo harán dentro. Está previsto que la tarde de su primer día pase por la sastrería de la academia, donde recogerá los uniformes de deporte, instrucción y de gala. Como no lleva el corte de pelo reglamentario, visitará también la peluquería. Tendrá que decir adiós a su larga melena y dejarse el pelo por encima de la axila. El primer día ha ido con un recogido para ir haciéndose a la idea de que ya no lucirá el mismo largo de pelo. En la peluquería le enseñarán a hacerse el moño, obligatorio para las mujeres del Ejército en determinados actos castrenses. Su hermana Sofía sí ha lucido pelo sin recoger, el rey se ha puesto el uniforme de militar y la reina era la más afectada por el acto: pierde a su hija por segunda vez y ahora no es para estudiar en el extranjero, sino para servir al Ejército. Las filtraciones de Zarzuela advierten que Letizia no era partidaria de estos tres años haciendo de soldado, pero que se ha acabado resignando. La decisión es del rey y de los altos funcionarios de la Casa Real, con el ministerio de Defensa de acuerdo. A partir de ahora la educación de la princesa la asume el Estado y no su madre. El abrazo de Letizia a Leonor ha sido el momento más potente del acto. La cara de la reina es la de una madre, triste, desencajada, que sufre:
Un abrazo y una caricia en la mejilla, dos gestos absolutamente inusuales en la estirada imagen pública de la reina con sus hijas. Esta vez Letizia ha sido natural, por un día. Todo en medio de un cuadro impostado: las tres vestidas de civiles y el padre "disfrazado" de militar, Leonor teniendo que vivir de los 18 a los 21 años en el Ejército cuando tendría que ir a la Universidad, o teniendo que hacer ejercicios físicos extremos y estudiar cómo se desmonta un arma cuando la chica que no tiene ningún interés. Gajes del oficio. Los cargos con sus cargas.