La reina Letizia vuelve ya a Madrid después de cuatro días en el Caribe. El viaje, lejos de ser paradisiaco, ha sido de cooperación: dando apoyo a varias causas presentes en la República Dominicana y Haití. Aunque las fechas no han sido las más ideales teniendo en cuenta que ha coincidido con el 14º aniversario de casada con Felipe VI y la inauguración de la feria del libro de Madrid que tanto le gusta -y que le ha robado la infanta Elena-... Pero lejos de estar enfadada por perderse estos dos acontecimientos, se ha mostrado en todo momento de lo más feliz y contenta.
Sus outfits han dado mucho de qué hablar, como siempre: riendo todo el mundo al verla tropezar en el barro mientras iba vestida toda de blanco, cuando apareció después rodeada de plátanos y muriendo de amor al ver su faceta más maternal con un niño pequeño. Pero ha sido durante su último día cuando nos ha dejado el mejor momento del viaje.
El presidente de Haití y la primera dama le han ofrecido un desayuno en el palacio residencial en su honor. Una ocasión para la que Letizia ha optado por una blusa blanca sin mangas y un escote V que daba protagonismo a una larga falda a juego con un estampado de flores en verde y rosa. Con respecto a los complementos, ha lucido una cartera de mano a conjunto, unos zapatos de tacón en rosa palo y unos pendientes de piedras naturales.
Y de aquí ha pasado al Liceo para reunirse con profesores y estudiantes de español, saludando a miembros de la delegación española. El embajador le ha dado las gracias por este viaje y le han hecho entrega de un peculiar regalo... un retrato. La idea era muy original y tierna, pero el resultado ya está acumulando muchas críticas.
¿Se parece el dibujo a la Reina? ¿Se lo colgará enLa Zarzuela? Porque no parecía demasiado entusiasmada...