La reina Letizia tiene pocos actos oficiales y la prensa especula si es para no eclipsar al rey o por desidia. No pronuncia discursos, o cuando los hace están dirigidos a enfermos, y como no habla con la prensa, los periodistas la investigan preguntando a su entorno. Pilar Eyre acaba de publicar en su blog de Lecturas por qué Letizia va poco, o nada, a Catalunya. A Eyre la ha hecho sospechar el último acto de Felipe en Barcelona: la entrega de un premio empresarial a Mariano Puig, de la familia catalana de perfumistas Puig. En Blau estuvo en el acto y analizó quién había y quién no. Dos grandes ausencias por bando: no había ni un independentista y no estaba Letizia. La ausencia de la reina no fue normal ya que, cómo publicó En Blau, tiene una relación de amistad íntima con los Puig, especialmente con el presidente de la marca, Marc Puig.
Escribe Eyre: "Letizia no vuelve a Barcelona ni atada con cadenas (...) Puig posee Carolina Herrera y Nina Ricci, marcas fetiche de la reina. Sus vestidos y complementos han estado a su disposición gratis total durante catorce años, y su ausencia llamó la atención de los presentes". 14 años de ropa y bolsos caros gratis y Letizia les hace el feo de no venir a entregar un premio al anciano patriarca. Las razones son dos: "Letizia se resiste a visitar Catalunya, no tanto por el clima de hostilidad de estos últimos tiempos, sino por la falta de discreción de las personas que frecuenta, algo que no ocurre en Madrid". Letizia no viene a Catalunya por la hostilidad hacia la Casa Real causada por el discurso A por ellos del 3-O de su marido. Un discurso que inspiró ella misma. Y la segunda razón es menos evidente: porque todo lo que hace en Barcelona se filtra.
Letizia tiene amistades en la alta burguesía catalana. Nombres como los Tous o los Puig son los habituales en las reuniones de la reina en Barcelona. "Letizia se siente traicionada por estas indiscreciones (...) Aquí viven su hermana y su sobrina, aquí pasó divertidos veranos de juventud, aquí se compró su anillo de prometida y se hizo su traje de boda, pero…". . En Barcelona compró el príncipe Felipe el anillo de compromiso encargado por quien vivía aquí y sabía de dinero: Iñaki Urdangarin. Aquí cosió Manuel Pertegaz el vestido de novia y aquí Joan Clos creó un puesto de trabajo en el Ayuntamiento de Barcelona específico para Telma Ortiz, la hermana de la reina que todavía vive en la capital catalana con su hija.
A pesar de tantos vínculos sentimentales de Letizia con Catalunya, ha decidido no volver a poner un pie. Eyre clama en el desierto: "Vuelve, Letizia, vuelve, somos buena gente, de verdad". De la frase de la gran Pilar Eyre, la segunda parte es la mejor.