Nuevas informaciones no dejan de surgir acerca de las presuntas infidelidades de la reina Letizia al rey Felipe VI. Desde que Jaime del Burgo abrió la veda a principios de diciembre, el escándalo de la consorte ha ido a más. Sobre todo gracias a la ayuda inestimable del periodista especializado en la casa real Jaime Peñafiel, que no solo ha corroborado las revelaciones de Del Burgo, sino que ha añadido más detalles suculentos sobre este episodio.
Los primeros mensajes publicados por Del Burgo a principios de diciembre fueron borrados poco después. Sin embargo, antes de finalizar 2023, volvió a la carga, ampliando las informaciones acerca de su romance con Letizia. Según Jaime del Burgo, las relaciones entre él y Letizia tienen cuatro etapas. “1) Relación amorosa, de 2002 a 2004; 2) Amigos y confidentes, de 2004 a 2010; 3) Relación amorosa, duradera y continuada, 2010 y 2011; 4) Como cuñados, de 2012 a 2016”, escribió Del Burgo en su cuenta de la red social. “Es la tercera relación la que termina abruptamente después de dos años, a los pocos meses de la renuncia de Letizia como princesa de Asturias, divorcio de Felipe y el establecimiento como pareja en Nueva York, que era lo que habíamos planeado”.
La reina Letizia se caracterizaba para pasar desapercibida
Durante este tiempo, Letizia y Del Burgo mantuvieron encuentros en distintos lugares. Al margen de verse en Zarzuela, tal y como confirmó Peñafiel, también se han visto clandestinamente en la mencionada Nueva York, en Barcelona o en Londres, donde trabajaba Jaime.
Una serie de encuentros en los que la reina Letizia se arriesgaba a ser reconocida. No obstante, tenía sus recursos. La monarca acudía al lugar de la cita caracterizada para que nadie la reconociera y pudiera pasar desapercibida. La consorte recurría a pelucas rubias y gafas de sol para que nadie se percatara de la presencia de la reina de España y que ninguna fotografía indiscreta pudiera confirmar que era ella.