La reina Sofía ya se ha instalado en Marivent en compañía de Irene de Grecia. Se quedarán hasta finales de septiembre si las condiciones climatológicas lo permiten. La emérita encontró en este palacio un lugar donde encontrar paz y tranquilidad alejada de la burocracia. Es común verla pasear por las calles del centro histórico de Palma de Mallorca, acudir al teatro, al cine o algún restaurante. En estas semanas recibirá la visita de toda su familia, pero como siempre, por separado. La mujer de Juan Carlos tienen intenciones de hacerse una fotografía con todos sus nietos, como antaño, pero Letizia se niega a cumplir ese deseo. Leonor y Sofía no se juntarán con sus tías Elena y Cristina ni con sus primos Victoria Federica y Froilán, son una mala influencia para ellas y pueden dañar su imagen.
Letizia es una mujer fría y calculadora, tal vez demasiado controladora. Sus asesores de Casa Real intentan que se desvincule de esa imagen, por ello en estos últimos meses se ha mostrado más cercana a la ciudadanía. La reina no quiere sobreexponer a Leonor y Sofía, por ello todavía no participan en muchos actos institucionales. Mide mucho cada paso que dan y no deja que hablen con nadie, ella siempre está rondando a su alrededor.
Leonor y Sofía apartadas de las tradiciones
La reina ha alejado a Leonor y Sofía de la familia de Felipe, apenas tienen relación con ellos. A la única que ven y en contadas ocasiones es a la reina Sofía, su abuela. En esta ocasión también pasarán unos días con ella en Palma de Mallorca, aunque serán pocos, ya que debido a las elecciones generales no podrán irse hasta finales de la semana próxima y antes de que las jóvenes inicien sus estudios quieren pasar unos días en un lugar desconocido.
Letizia siempre se ha encargado de llevar a sus hijas a su terreno. De hecho, no han hecho nunca el mítico curso de vela de todos los Borbones. A diferencia de sus primos, ellas nunca han estado apuntadas. No saben llevar un barco ni han participado nunca en una regata. Leonor romperá con esta tradición familiar de reyes. A la reina le daba miedo ver a su marido en alta mar y por ello prefería hacer otros planes con las niñas cuando eran pequeñas, se las llevaba al cine, al teatro o a dar un paseo. La mujer de Felipe tampoco es asidua en el club náutico, en estas dos décadas de matrimonio se la ha visto en contadas ocasiones, especialmente al principio de la relación, y por obligación. No mantiene ningún tipo de contacto con los socios del club, amigos íntimos de Felipe. El rey aterriza en Palma de Mallorca antes que su mujer y sus hijas para cenar con ellos.