De Letizia se han escrito ríos de tinta, explicando sus manías, actitudes y anhelos. Se ha dicho absolutamente de todo, pero a menudo la conversación gira en torno a su soberbia y a una obsesión enfermiza con la forma y la imagen personal. La reina se machaca en el gimnasio, tira de bótox cuando le apetece, es estricta con la dieta y no bebe alcohol. Lo que haga falta para estrenar modelitos y marcar bíceps, su especialidad.

Letizia vestido dálmata GTRES

Letizia bíceps EFE

No sabemos si habrá relajado estas medidas durante el confinamiento, pero lo que sí podemos asegurar es que si Letizia envejece más de la cuenta o pierde tono físico, actuará. Y por sus propios medios. No necesita píldoras y tratamientos "de tres al cuarto". Pasa de todo eso, caiga quien caiga. Y el que se cayó fue el millonario unionista Félix Revuelta, propietario de Naturhouse y amigo/mecenas de Manuel Valls. Revuelta confiesa una anécdota con Letizia que la deja como una creída antipática: coincidió en una recepción y no quiso saber nada de sus productos: "me miró como diciendo: yo no lo necesito"

Félix Revuelta Manuel Valls GTRES

@casareal

Todo en la vida tiene una doble lectura: quizás a la reina le cae mal el personaje, y ya. Pero vaya, huele al estilo altivo de Letizia.